Por qué solo debes hacerte una pregunta para ser feliz al instante

Un planteamiento sencillo que te ayudará a vivir más tranquila y siempre con una sonrisa

Por Regina Navarro

Hay quien asegura que en los pequeños detalles están los grandes logros y que basta disfrutar de todo lo que nos brinda el día a día -rutina incluida- para disfrutar de una vida plena y feliz. También hay quien prefiere ver en la cocina las claves de una sonrisa más duradera y quien como Matthieu Ricard, el hombre más feliz del mundo, cree que la clave reside en el florecimiento personal. Pero lo cierto es todo lo que implique sencillez y facilidad es lo que más parece convencernos. Tal vez por eso Laura Vanderkam, que desde hace años se ha dedicado a analizar como pasan su vida las personas más ocupadas y su modo de tomar decisiones, cree que la verdadera solución podría residir en una sola pregunta y que, con ella, podríamos ser felices al instante.

En su libro Off the Clock: Feel Less Busy While Getting More Done (Penguin Random House), la autora explica que gran parte de nuestro tiempo -por no decir todo- lo pasamos tomando decisiones. Las hay trascendentales y otras que en realidad son minucias. Lo que todas tienen en común es que, de una forma u otra, repercutirán en nuestro futuro y en la mayoría de ellas podría residir el motivo de nuestra felicidad. Laura apunta que en nosotros conviven tres yoes: anticipador, experimentador y recordador. Algo que se correspondería en cierto modo con los tiempos futuro, presente y pasado. Y si conseguimos alinearlos a todos, que se sientan igual de complacidos, los problemas se irán disipando y las alegrías irían en aumento. Una teoría similar a la que sostenía el psicólogo y ganador de un Premio Nobel Daniel Kahneman.

Llegados a este punto, lo que la experta sugiere es que, a la hora de tomar decisiones nos hagamos una pregunta sencilla: ¿será mi yo futuro feliz con esta decisión? Según explica, cuando tenemos que tomar determinaciones rápidas solemos dejarnos guiar por el presente, por ese yo experimentado que busca vivir el momento. Decidimos no ir al gimnasio porque no nos apetece o comer una hamburguesa en lugar de una ensalada por el mismo motivo. Ejemplos sencillos pero muy gráficos que nos ayudan a entender el sentido de esta pregunta. Laura apunta que no se trata de encontrar placeres momentáneos, sino de buscar con nuestros actos una seguridad para ese mañana que, en realidad, es ya mismo.

“El objetivo no es vivir en el presente, o como si no hubiera un mañana, como tantas canciones pop quieren que hagamos. Es vivir para el mañana y para los años posteriores. Así, cuando vuelvas a tus recuerdos podrás encontrar un indicador de cómo era tu vida: feliz y satisfactoria o insatisfactoria y aburrida”, explica la autora. Aunque su propuesta pueda parecer sencilla, en realidad no lo es tanto. Necesitarás cierto esfuerzo para aprender a controlar a ese yo impulsivo que te lleva a tomar decisiones que, no siempre, son las que te darán la felicidad.

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