Victoria Beckham siempre será 'Posh', y ahora que este 2025 ha recibido el título de Lady por parte del rey Carlos III, no hay quien refute esta afirmación. Referente de elegancia y sobriedad, la diseñadora ha tenido que luchar para ganarse su reputación como icono de estilo, trazando un camino que, en 2008, le costaba imaginar. Fue entonces cuando presentó su firma homónima ante el recelo de los demás: ¿podría la industria tomar en serio a la exintegrante más pija de Spice Girls como diseñadora de moda?
Casi dos décadas después, podemos asegurar que sí. Tras haber atravesado altibajos económicos en su marca que se hicieron especialmente notables a raíz de la pandemia, Victoria Beckham atraviesa uno de sus mejores momentos con su negocio. No solo se ha consolidado como referente, presentando desde el 2022 sus creaciones en Paris Fashion Week junto a las firmas más grandes del sector, también ha experimentado un crecimiento de dos dígitos durante cuatro años consecutivos, todo un logro en estos tiempos de crisis que vive el lujo.
Pero hay algo especialmente curioso en el armario de la diseñadora: a pesar de que trabaja para crear colecciones con siluetas variadas, ella siempre recurre a dos mismos vestidos. Dos diseños con una silueta muy concreta que esconden una estrategia digna de análisis.
El vestido de manga larga y frunces en la cadera
Uno de ellos es esta creación que la británica escogía como look de invitada este fin de semana. Lo hacía en la boda de la hija de Gordon Ramsay, celebrada en la histórica abadía de Bath, luciendo este vestido satinado en verde esmeralda con cintura fruncida, disponible en su firma por 1.490 euros.
"Victoria Beckham iba espectacular, llevaba un vestido que le favorecía mucho", ha asegurado el diseñador Juan Avellaneda. "Es cierto que las mangas le quedan muy largas, pero es la gracia". El experto en moda asegura que este diseño está pensado para favorecer especialmente la silueta: "Las mangas así de largas le dan un punto moderno y la cremallera está muy bien para confeccionar el escote como tú quieras subiéndola o bajándola. Y además del color, destaca la espalda de este diseño, porque todos esos frunces hacen que este vestido estilice sí o sí casi siempre a cualquier cuerpo".
Tal vez por ello la esposa del exfutbolista lo escoge para tantos eventos. Lleva años jugando en sus patrones con este tipo de drapeado asimétrico con frunce localizado, no como elemento decorativo, sino como recurso arquitectónico para estilizar la figura. Un detalle que forma parte de sus colecciones de manera constante desde al menos el año 2023, cuando se hizo más notable en sus propuestas.
Este mismo año se enfundaba en un diseño muy similar para asistir a la exclusiva cena Le Grand Dîner du Louvre, celebrada en París. Junto a David Beckham, posaba ante la mítica pirámide de cristal del museo francés, luciendo un vestido (nuevamente) de manga larga, cuello cerrado, cuerpo ceñidísimo y una silueta acabada en cola. Y sí, también tenía integrando el fabuloso truco del fruncido estratégico, tanto en la parte delantera como por detrás.
"He diseñado este vestido para realzar el cuerpo. Para mí, es el equilibrio perfecto entre el refinamiento sutil y el dramatismo de alto voltaje", explicaba a sus seguidores la propia diseñadora.
El otro vestido que Victoria Beckham siempre repite
También forma parte de sus elecciones de manera incesante este vestido de manga corta, cuyo nombre es Isabella, que ya se ha convertido en un habitual en las agendas reales. La princesa Ariane de los Países Bajos lo llevó el pasado 16 de septiembre de 2025 a los actos por el Día del Príncipe, una cita solemne para la corona neerlandesa; y hace apenas unos meses, fue la misma Victoria quien optó por su versión larga y en color blanco para un banquete organizado por el soberano británico. Incluso la reina Letizia lo estrenó en verde, con motivo de una recepción previa a la coronación de Carlos III, provocando que se agotara en tienda solo unas horas después.
Bella Hadid, Kendall Jenner, Rosie Huntington-Whiteley y Meredith Duxbury son algunas de las celebrities que también se han rendido a los encantos del diseño, reconocible a leguas por sus mangas con aberturas laterales, ese drapeado que marca la cintura y su espalda abierta en forma de 'V'.
Ornella Ioncoli, consultora especializada en firmas de moda para la agencia Murph, opina que la promoción de este vestido en específico es un paso clave y bien calculado en el proceso de rebranding que ha atravesado la firma de Victoria Beckham este último lustro: "Al verlo repetido, que le siente bien a tantas personas y que la propia diseñadora lo respalde, se genera una credibilidad que fideliza y consolida".
Realizado en crepé satinado, el vestido en cuestión presenta delicados pliegues de la falda que desembocan en un bajo fruncido hasta el suelo y favorecen al máximo, al disimular la zona del abdomen y marcar la cintura; mientras tanto, los cut-outs en las mangas dan la sensación de que los brazos también son más estrechos, estilizando todavía más el torso.
Queda claro, al verlo puesto, que cada detalle, por nimio que parezca, esconde un propósito claro. "Para ella es importante demostrar que puede hacer ese tipo de prendas. No es tan fácil diseñar un vestido que funcione, que en el cuerpo -cualquier cuerpo- se vea realmente bien", apunta nuestra experta. Y es que en prácticamente todas las creaciones de la firma encontramos un elemento común: el drapeado.
No parece casualidad. "Probablemente, la idea de Victoria Beckham cuando fundó su empresa era crear vestidos que sentasen bien, que fuesen acorde con los cuerpos de las mujeres, y esto se logra muy bien a través del drapeado porque estás moldeando el cuerpo", nos explica Ioncoli, quien, además, tiene estudios en diseño de moda e implementa estos conocimientos en sus labores de consultoría. "Ella lleva la técnica del drapeado a sus vestidos, tops, jerséis... Es su manera de relacionar algo específico con su marca para que sea más relevante porque no es suficiente su nombre, la historia, la creatividad; se busca la unión de todo un universo".
Si bien no fue hasta inicios de 2023 que Victoria Beckham finalmente pudo considerarse un negocio rentable, tal como confirmó NEO Investment Partners, la reestructuración que la empresa puso en marcha en 2018 ha sido, definitivamente, un éxito. En su rigurosa estrategia, encontramos la utilización de tejidos sostenibles; el nombramiento de nuevas embajadoras más jóvenes, como Kendall, Gigi o Bella; el lanzamiento de su línea de belleza; la expansión de su división de gafas, así como una revisión exhaustiva del catálogo para encontrar ese factor identitario que hiciera reconocibles los diseños de la marca.
Este vestido es el resultado.
Un símbolo de éxito
Se dice que toma una década triunfar de la noche a la mañana. Algo así le ha pasado a la artista británica, que recién ha dado con ese factor, gracias a Isabella. Nuestra experta lo resume: "Victoria ha generado una situación en la que, si otra marca hace lo mismo que ella, la gente dirá: 'se parece muchísimo al vestido de Victoria Beckham'. Aquí vemos la importancia de 'iconizar' un producto para vincularlo a tu marca, sea a través de un gráfico, un color, un tejido o del producto en sí; es decir, un tipo concreto de vestido".
Partiendo de esta estrategia, se puede idear un abanico de productos en distintas categorías. Lo complicado, está claro, es tener esa primera buena idea, de la que va a desplegarse un imaginario completo. "Es mucho más fácil crear un producto que genere impacto, metérselo a la gente con calzador, darle duro a publicidad para que la gente lo conozca y que, después, te reconozcan por ese producto diferenciador. A partir de ahí, lo que haces es coger el detalle que hace que ese producto sea especial y añadirlo a otros productos", concluye.
Una vez que tienes un superventas, que no es cosa menor, la conversación en torno a la marca se vuelve constante. Si las clientas lo siguen comprando, mantiene su relevancia, aunque pasen las temporadas. Aun así, Victoria no se confía. Cada nueva temporada, lanza versiones actualizadas de su vestido porque, como ella misma ha demostrado, no es posible tener "demasiados básicos" en el armario.





















