La moda contemporánea vive un momento en el que las colaboraciones no solo buscan sorprender con piezas llamativas, sino también con una narrativa sólida capaz de conectar emocionalmente con el consumidor. Así sucede con A Sense of Togetherness, la nueva propuesta conjunta entre SOSHIOTSUKI y Zara, una colección que va más allá del diseño para explorar los lazos invisibles que unen a las personas: la familia, la transmisión generacional y la identidad compartida. Bajo la mirada del diseñador japonés Soshi Otsuki, se despliega un universo estético en el que convive la nostalgia con un impecable dominio técnico.
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Zara x SOSHIOTSUKI, para las amantes de la buena sastrería
La propuesta, que abarca líneas de mujer, hombre y niño, parte de una inspiración muy concreta: el paisaje cultural japonés de los años 80 y 90. Aquella época, marcada por el auge creativo, la innovación y una estética muy particular, es reinterpretada aquí desde una perspectiva contemporánea. Otsuki no busca reproducirla literalmente, sino capturar su esencia: la calidez familiar, la serenidad cotidiana y esa delicada melancolía que a menudo impregna la estética nipona.
A partir de esas sensaciones, surgió el título de la colección. "Me atrajo la idea de las relaciones humanas: los lazos familiares y las conexiones que trascienden el género y la edad", explica el diseñador. De ahí viene el nombre A Sense of Togetherness (un sentido de unión). Cada una de las categorías se convierte en un capítulo distinto de la narrativa de Otsuki, reflejando aspectos complementarios de su visión.
Nostalgia bien entendida: tres líneas para vestir a la familia
Para la mujer, la sastrería adquiere un nuevo lenguaje: siluetas fluidas, proporciones suaves y cierta sensibilidad vintage. La paleta cromática de tonos apagados, neutros cálidos, grises y azules empolvados recuerda al aspecto de la ropa en los retratos familiares antiguos, con ese filtro sepia que tiñe cada imagen. Una reinterpretación contemporánea de la feminidad desde la naturalidad.
En la línea masculina, Otsuki demuestra por qué su enfoque de la sastrería ha captado la atención internacional desde que fundó su marca en 2015. El equilibrio entre estructura y comodidad es clave. Los cortes son depurados, los drapeados están milimétricamente estudiados y los tejidos fríos (lanas, gabardinas y mezclas técnicas) se utilizan de maneras inesperadas. No es una colección que busca impresionar mediante la hipérbole; por el contrario, cada prenda parece contener una reflexión sobre la identidad masculina de hoy y de mañana, más flexible e introspectiva, y menos rígida.
Su propuesta infantil es, quizá, la más íntima de todas. Aquí están presentes los recuerdos personales del modisto. "Muchas de las prendas de mi infancia fueron hechas a mano por mi madre, y ese recuerdo personal influyó en los diseños", afirma Otsuki. Las texturas, los patrones y las formas evocan esa ropa confeccionada en casa con cariño, pensada para acompañar el crecimiento, para ser vivida y no simplemente lucida. Es una colección que pone en primer plano la idea de familia como transmisora de identidad, tradición y afecto, y estará disponible online y en tiendas seleccionadas a partir del 4 de diciembre.
Si bien en la propuesta existen elementos claramente casuales -chaquetas y pantalones de traje relajados y ligeros, prendas exteriores de naturaleza funcional, básicos del vestidor unisex-, Otsuki insiste en que la base de la colección está construida desde la formalidad. "Presté mucha atención al equilibrio de la sastrería y a cada detalle de la construcción", explica. La nostalgia no se aborda desde la literalidad: son prendas que parecen tener historia, que evocan tiempos pasados, pero que funcionan con absoluta soltura en el presente.
¿Quién es Soshi Otsuki?
Este enfoque es coherente con la esencia de SOSHIOTSUKI, una firma que desde su creación ha destacado por su capacidad para reinterpretar la identidad japonesa desde un punto de vista discreto, conceptual y sofisticado. Nacido en 1990 en la prefectura de Chiba, Otsuki estudió moda masculina en el Bunka Fashion College de Tokio, uno de los centros de moda más prestigiosos de Japón, y posteriormente asistió a la escuela independiente Coconogacco, conocida por su espíritu experimental.
Con solo una década de trayectoria, su marca ha logrado consolidarse como una de las más interesantes de la sastrería actual, incluso se alzó como ganadora del LVMH Prize en 2025, reconocimiento que todo diseñador emergente sueña con obtener.
Una colaboración que amplía horizontes
Para Otsuki, esta alianza con Zara representa una oportunidad para llevar su universo a un público más amplio: "Creo que aporta un rango de expresión más amplio del que SOSHIOTSUKI por sí solo podría lograr", afirma. La clave está en la fidelidad a sus valores fundacionales, presentes en esta colección, desde la obsesión por la construcción y el equilibrio entre tradición e innovación hasta la carga emocional que la ropa puede transmitir. Zara le aporta escala y la posibilidad de conectar con diferentes generaciones y estilos de vida alrededor del mundo.
A Sense of Togetherness funciona como una exploración profunda de los vínculos que las prendas pueden representar: la ropa como símbolo de recuerdo, como eco de la infancia, como puente entre generaciones y como expresión de una identidad compartida. En un mundo donde la moda rápida a menudo prioriza la inmediatez, esta colaboración introduce un mensaje distinto: la moda también puede hablar de intimidad, de familia y de conexión.
La expansión de Zara en Japón
Esta noticia ha conmocionado a los compradores nipones de la marca, ya que el país del sol naciente fue uno de los primeros mercados asiáticos en los que Inditex se expandió, con la primera tienda inaugurada en Tokio en 1998. Zara tiene más de 99 tiendas en Japón, que forman parte del total de 148 establecimientos del grupo gallego allí. En octubre de 2025, abrigo la primera 'flagship store' (1.900 metros cuadrados) en Osaka, la cual cuenta hasta con su propio Zacaffè, ¡como el de Madrid!
