Gracias a los consejos de nuestra estilista, la semana pasada me decidí al fin a hacer el cambio de armario, desenterrando la ropa de otoño que aguardaba impaciente en el fondo de mi arcón a que bajasen las temperaturas. Un momento que me sirvió para hacer balance de las prendas que necesito: llené un armario con un total de cinco abrigos, dos parkas y un chaleco acolchado. Pero descubrí que no tenía ninguna cazadora que me protegiese del frío, y además, diese un toque especial a mis vaqueros.
No quiero llevar durante toda la temporada mi colección de abrigos largos de paño, también me apetece enfundarme en una chaqueta con un toque más rebelde. Quería un diseño de cuero desgastado, algo retro, como las que mi madre lucía en los ochenta y que me permitiesen darle rollazo a mis conjuntos de fin de semana. Así que al salir de trabajar me pasé el otro día por el Zara de Nuevos Ministerios, la tienda ubicada en el Paseo de la Castellana en la que suelo encontrar, si bien no siempre lo que busco, sí algún que otro hallazgo interesante.
Y esta vez también tuve suerte, aunque no de la manera que esperaba. Después de recorrerme las plantas en las que se encuentran las colecciones de ropa femenina, no conseguí encontrar la cazadora que buscaba: no la quería de ante, ni con pelo, ni tampoco esos modelos de doble faz con borreguito. Quería una cazadora oversize como aquellas negras de piel con las que Kate Moss siempre consigue ese aire de chica cool e interesante sin esfuerzo —la ha llevado desde con leggings o shorts lenceros, hasta junto a vestidos de gala—.
Salvando las distancias entre una de las supermodelos más influyentes del mundo y yo, decidí echar un vistazo en la sección de hombre de Zara. Y para mi sorpresa, encontré exactamente lo que buscaba: la biker perfecta.
Hablo de este modelo de piel de edición limitada, con cuello de amplias solapas y mangas acabadas en puños ajustables. Una cazadora con bolsillos tanto interiores como exteriores, perfecta para guardar en ellos el teléfono móvil, que rara vez cabe en los diminutos bolsos que me gusta llevar los fines de semana. Se encuentra disponible en Zara por 169 euros (aunque la firma ha colgado el cartel de pocas unidades) y yo escogí una talla menos de la que habitualmente uso, para que me quede ancha, pero no de forma exagerada.
Me parece una pieza atemporal en la que merece la pena invertir, como han dejado claro sobre la pasarela sellos como Balmain o Zimmermann con sus últimas propuestas, apostando también por siluetas anchas de amplias solapas. Y en este caso creo que no importa demasiado que pertenezca a una colección de hombre, pues se puede adaptar perfectamente a nuestro armario.
Al fin y al cabo, casas como Mugler, Balenciaga o Jean-Paul Gaultier llevan años borrando las fronteras entre lo masculino y lo femenino. Lo que antes se veía como una provocación, hoy es simplemente vestir con libertad: elegir lo que te gusta, sin mirar etiquetas ni pasillos. Y sí, ya la he estrenado.








