Hay looks de pasarela que pasan a la historia tal cual los ha concebido su diseñador; otros, sin embargo, se hacen icónicos por la forma en que se llevan fuera, en las calles. Es lo que ocurrió cuando Demi Moore se apareció en el estreno de The Matrix Reloaded, hace ya 22 años, enfundada en uno de los vestidos más cortos que Tom Ford ha creado, y en lugar de presumir sus envidiables piernas, como él hubiese querido, la actriz lo combinó con jeans. ¿Vergüenza, estilo o estrategia?
Para ti que te gusta
Este contenido es exclusivo para la comunidad de lectores de ¡HOLA!
Para disfrutar de 5 contenidos gratis cada mes debes navegar registrado.
Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.TIENES ACCESO A 5 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
Demi Moore combinó este vestido corto con 'jeans' por una razón que no te esperas
La historia es mucho más profunda de lo que parece. En el pico de su carrera y a punto de estrenar otra de sus películas más conocidas, Los ángeles de Charlie, Demi Moore acudió a la premier de The Matrix Reloaded con un minivestido -énfasis en 'mini'- de escote bardot y paneles transparentes, de Tom Ford para Gucci, que pertenecía a la colección Primavera 2023 de la firma italiana.
Utilizando telas brillantes en sutiles tonos de maquillaje, desde el rosa pálido hasta el marrón tostado, pasando por el gris perlado y el plateado, Ford ideó para aquella entrega una serie de prendas que transitaban la peligrosa línea entre innovación y vulgaridad. El cabello despeinado, las blusas a punto de caerse de los hombros, tejidos tan ajustados que no dejaban lugar para la imaginación... La moda estaba cambiando.
Demi Moore, sin embargo, no quiso tener nada que ver con este concepto. La hipersexualidad de los diseños de Tom Ford le pudo haber parecido atractiva diez años antes, pero una mala decisión profesional en 1996 le enseñó la lección más dura que marcó, entre muchas otras cosas, su forma de vestir, al menos durante un tiempo.
Si tú, como yo, has visto (casi) todas las películas legendarias de Demi Moore, desde Ghost o Una proposición indecente hasta títulos más recientes, como La sustancia, podrás intuir por dónde van los tiros. Hablamos de Striptease (1996). Ni el sueldo de 12 millones de dólares que recibió para hacer esta película, récord para una mujer en la industria, ni una potente campaña publicitaria lograron que el proyecto fuese un éxito.
'Striptease', la decisión más polémica de su carrera
La protagonista es una terca exsecretaria del FBI que se desnuda, bailando al ritmo de Annie Lennox, para reunir el dinero que le devolverá la custodia de su hija. Más cercana a un drama social terriblemente ejecutado que a la tragicomedia, esta película hizo a todos preguntarse por cuántos ceros se puede convencer a la actriz más cotizada de sacrificar toda su carrera.
"¿Es Demi la persona más divertida del mundo? No. ¿Se hubiese hecho esta película sin ella? Probablemente no. Ninguna otra gran estrella estaba dispuesta a quitarse la ropa", dijo durante una entrevista su director, Andrew Bergman, en 2015.
Corrió como la pólvora el rumor (cierto) de que le habían ofrecido más de 12 millones de dólares por el papel. La imprecisión estaba -esto lo aclaró Demi casi dos décadas después- en que tuvieron que pagarle un bonus para acelerar la producción de otra película, La teniente O'Neil, pues por poco se solapaban ambos rodajes. De ahí salió la exorbitada cifra.
The New York Times, Los Angeles Times, Chicago Tribune... Los grandes diarios de Estados Unidos criticaron duramente el lanzamiento de Striptease incluso antes de que estuviera en cartelera: la fama estratosférica de la actriz, su paga de siete ceros y su físico de gimnasio quitaron toda verosimilitud a la interpretación. Y no por falta de talento.
El camino a la redención
Todavía resulta curioso que Demi Moore rompiese el techo de cristal con una película en la que el mayor reclamo era su cuerpo desnudo, y que nos dejó momentos tan incómodos como aquella entrevista en el late night de Jerry Springer, para la que se puso solo unas bragas y un sujetador, dando pie al "tonteo" del presentador. Había pasado ya la era del thriller erótico, cuya cumbre fue Instinto Básico, en 1992, y tanto al público como a la crítica les costó percibir Striptease como un relato de superación.
Claro está que el error no fue mostrar los pechos; Demi ya había posado desnuda, hasta estando embarazada. Fue la combinación de un guion cursi y endeble, el hastío del público hacia las películas eróticas que proliferaron en los 90 -recordemos (o mejor no) El cuerpo del delito o El color de la noche- y la elección de una protagonista en su momento de mayor exposición.
Lo reconoció ella misma en una entrevista, en 2021: "Una de mis decisiones más arriesgadas fue hacer Striptease. Siento como si con ella hubiese traicionado a las mujeres, y así me lo hicieron saber".
La decisión de combinar este vestido corto (muy corto) con vaqueros dice mucho más de nosotros que de ella. Pero no todo es malo. En aquella entrevista para Variety, la estadounidense explicó que, en lugar de generarle inseguridades, esta etapa de su vida le ayudó a sanarlas. Prueba de ello es que, a sus 63 años, dedique esfuerzos a desmontar mitos sobre el envejecimiento, los tratamientos estéticos, la vida sana y la menopausia. Por todo eso y más, la seguimos considerando una de las mujeres más hermosas de Hollywood.
