Hay un momento en el año en el que Madrid se viste de gala casi cada noche. Por suerte, esa época ha llegado. Esta semana, la capital más ferviente de todas ha acogido la presentación de las nuevas colecciones de joyería de Suárez, una cita que ha reunido a los rostros más habituales del panorama social y cultural. Bajo la cúpula del anticuario Berenis, convertido por una noche en un taller efímero de lujo y artesanía, se dieron cita figuras como Sassa de Osma, princesa de Hannover, Alejandra Gere o Claudia Osborne, con un look vintage. Entre ellas, Inés de Cominges ha destacado por su elegancia clásica y sofisticada, fiel a ese estilo que combina herencia y modernidad. La aristócrata, instalada entre París y Madrid, ha lucido un vestido de firma española en color rojo vino, con una silueta que evoca la feminidad y el glamour de los años 50.
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El vestido más elegante (y con aire de princesa)
Inés de Cominges ha demostrado, de nuevo, su buen gusto eligiendo el vestido Mirta de Redondo Brand (289 euros), una de las firmas nacionales más aclamadas por su reinterpretación contemporánea del clasicismo. El diseño, de cuerpo ajustado y sin mangas, con escote barco y falda voluminosa, recuerda inevitablemente a la silueta “new look” de Dior, con esa cintura marcada que celebra la figura femenina y esa falda con volumen y estructura que aporta movimiento y teatralidad.
El vestido combina dos tejidos: crepé ajustado en el cuerpo y tafetán estructurado en la falda, un contraste que refuerza la sensación de elegancia arquitectónica. Totalmente forrado, el interior está pensado para ofrecer comodidad sin renunciar a la perfección del acabado exterior. Es, en definitiva, un vestido que equilibra técnica y emoción, sofisticación y modernidad, y que reafirma el papel de Redondo Brand como emblema de la nueva costura española.
Joyas, peinado y maquillaje: una diva del siglo XXI
Para completar su look, Inés ha elegido joyas de Suárez, la firma anfitriona: un collar, pulsera y pendientes de diamantes, piezas atemporales de una luminosidad inconfundible. En el terreno beauty, la aristócrata se ha decantado por un estilo que recuerda a las divas del Hollywood clásico. Ha llevado el pelo suelto, con volumen y raya lateral, una de las tendencias del momento, que aporta movimiento y un toque de sofisticación vintage.
El detalle más rompedor ha estado en el maquillaje, donde Inés ha sorprendido con unos labios color burdeos, coordinados con el vestido y alejados de los tonos nude o rosados a los que nos tiene acostumbrados. Una elección elegante que conecta con la tendencia “gothic glam”, una de las más vistas esta temporada en pasarelas y alfombras rojas. En el rostro, una piel impecable, luminosa y natural; en los ojos, una mirada sutilmente delineada. ¡
Una noche con invitados de lujo
La presentación de las colecciones Aura y Tesela de Suárez ha sido toda una declaración del lujo español contemporáneo. En un ambiente cuidado, con música en directo y una puesta en escena que ha mezclado arte, herencia y diseño, los asistentes han descubierto de cerca el proceso artesanal que hay detrás de cada joya. Entre los invitados, además de Inés de Cominges, se encontraban Sassa de Osma, su gran amiga, Alejandra Gere, Lulu Figueroa, Laura Ponte y Karla Cova Villa.
Fiel a su discreción, Inés ha brillado con un estilo clásico, sofisticado y atemporal, el mismo que la caracteriza en todos sus proyectos y apariciones. Alejada del ruido mediático, atraviesa un momento personal pleno junto a su marido, François du Chastel, con quien comparte una vida entre París y Madrid y con el que acaba de celebrar su sexto aniversario de boda.
