Emma Stone jamás le ha tenido miedo a un cambio de look. La conocimos pelirroja, en Superbad y Easy A, pero poco después se hizo rubia platinada para interpretar a Gwen Stacy en Spider-Man y, desde entonces, no ha parado de mutar. Eso sí, ya las transformaciones no se limitan al tinte del pelo y esta camaleónica actriz sube el nivel con cada nuevo proyecto que se le presenta. Bugonia, de Yorgos Lanthimos, que llega a cines españoles este viernes 7 de noviembre, podría ser su papel más radical hasta la fecha.
El gran cambio de Emma Stone en el pico de su carrera
Se dice por ahí -todas lo hemos escuchado- que las chicas que cambian constantemente de ropa, peinado o color de pelo son incapaces de mantener relaciones duraderas, rutinas y trabajos exigentes. Emma Stone no es la excepción que confirma la regla, sino aquella que la desmonta por completo: tiene la misma estilista desde hace más de una década, Petra Flannery, y es poco menos el tiempo que lleva ejerciendo como embajadora de Louis Vuitton.
En todos estos años, hemos conocido incontables versiones de la intérprete estadounidense tanto en las pantallas como fuera de ellas. Y es que, también sobre la alfombra roja, ha querido dejar constancia de las transformaciones -físicas y emocionales- que le han exigido sus papeles. Fue naif, roquera, atrevida y minimalista; ahora, en la cúspide de su carrera, ha decidido ser un lienzo en blanco.
Sobre la alfombra roja, sus looks han pasado del colorido, las transparencias y los maquillajes más intensos a la serenidad de los tonos neutros, las líneas puras y un rostro de porcelana sin apenas maquillaje. Una evolución inversamente proporcional a la de sus personajes en la gran pantalla; ellos son cada vez más radicales y arriesgados. Pero, ¿están ambas cosas relacionadas o es una simple coincidencia?
"No basta solo con los diseños y que las prendas le queden bien, deben ayudarle a dar sentido a su 'nueva identidad', que le acompañe y le ayude a mimetizarse o -si así lo requiere la historia- a convertirse en un contraste de sí mismo. Como figurinista, necesitas que el actor no se sienta disfrazado cuando se meta en el papel, quieres que esté cómodo y que, para él, también tenga sentido", asegura la figurinista Inés Galocha, a quien contactamos para saber cómo puede afectar el vestuario al actor, incluso cuando las cámaras no están grabando.
Su evolución hasta estrenar 'Bugonia', el rol más exigente de su carrera
Para Emma, conocer a Yorgos Lanthimos supuso un antes y un después en su trayectoria. Él la condujo hacia un cine experimental e independiente que en nada se parece a las comedias románticas por las que nos enamoramos de ella y que, en ocasiones, le ha demandado una renuncia de su persona en pro de su personaje.
Su alianza con el director griego, conocido previamente por La langosta o Canino, marcó una nueva era en su carrera, empezando por La favorita (2018), que retrata la lucha desquiciada entre dos mujeres por el favor de la reina Ana de Inglaterra, quien estaba gravemente enferma. Te adelanto, si no la has visto, que no es un drama de época al uso.
Para Stone, este fue su primer gran reto con el vestuario, ya que el proceso de adaptación de la caja toráxica para llevar cómoda y apropiadamente un corsé de varas rígidas requiere, al menos, 14 días de "entrenamiento" progresivo, de modo que la prenda puede amoldarse a ti y no seas tú quien tenga que sufrir amoldándose al corsé. Habló sobre el proceso, entre risas, en una entrevista este mismo año: "Lo bueno es que ahora puedo aguantar la respiración por mucho tiempo. ¡Pero fue doloroso! Es que, literalmente, se te mueven los órganos".
"El del actor no es un trabajo en solitario, esto es un equipo y se camina de la mano con departamentos como peluquería, maquillaje e incluso diseño de producción", nos explica nuestra experta figurinista, elogiando especialmente la sinergia entre las partes en Pobres Criaturas (2024), la segunda película que unió a Yorgos Lanthimos y Emma Stone.
El rifirrafe de la actriz con la corsetería sería solo un abreboca de lo que estaría por vivir, unos años después, en su preparación para Pobres criaturas, cuyo vestuario sumerge al espectador de lleno en el universo personal de la protagonista, Bella Baxter, quien -a pesar de ser mujer adulta- solo se desenvuelve como una niña. Sus looks distorsionan los clásicos códigos de finales del siglo XIX, intercalando tejidos brocados con otros más modernos, como el látex o el plástico, para simular las texturas del cuerpo humano, a la vez que se expanden todas las siluetas a su máxima expresión.
"Tenemos, por un lado, La La Land y, por otro, Pobres criaturas". Ambas interpretaciones le ganaron el Oscar, aunque se nos hace imposible negar que esta segunda dobló la apuesta, e Inés coincide. "Para el vestuario de La La Land, al ser una película contemporánea, pero con una ambientación en la época dorada de Hollywood, la figurinista Jenny Beavan seguramente quería que Emma se sintiera como una actriz de aquella época, con los cortes de los vestidos y su movimiento, a la vez que usa una paleta muy vibrante y saturada que te acerca a algo más actual". Si bien Emma tuvo que prepararse vocalmente y recibir lecciones de baile durante un año, podemos estar de acuerdo en que se trata de un rol mucho menos invasivo.
"Pobres criaturas no tiene nada que ver con lo anterior. La actriz necesitaría un vestuario que le ayudara a atravesar ese arco de personaje tan marcado durante la película, desde su etapa más naif, pasando por la etapa más curiosa, divertida y rebelde, para llegar a la fase de mayor independencia y empoderamiento. En este caso, considero que el vestuario tuvo un gran poder de transformación para ella", explica.
"Las jornadas intensas que tienen los actores con prendas que no son las suyas, interpretando a otra persona con estilos que no les pertenecen puede resultar agotador. Incluso en producciones contemporáneas, en las que el estilo puede parecer cercano al suyo personal, siguen siendo 'otros'".
Todo por el Oscar: la verdadera razón de su estilo clásico en 2025
El agotamiento es consecuencia directa de asumir roles tan demandantes. Y es que se habla poco de las actrices de método -los actores de método son aquellos que se mimetizan al 100% con su personaje, incluso fuera de las pantallas, llegando a replicar sus gestos fuera del set- cuando son ellas, las mujeres, quienes "tienen" que asistir vestidas con los más espectaculares looks de pasarela a cada evento promocional o alfombra roja, mientras que, de los chicos, solo se espera que se pongan un traje negro con corbata. Si a nosotras, editoras de moda con rutinas normales, se nos hace bola arreglarnos los viernes por la noche para salir a cenar, no quiero imaginar cómo nos sentiríamos en su lugar.
En Bugonia, la ganadora del Oscar encana a Michelle Fuller, líder de la farmacéutica ficticia Auxolith, quien es secuestrada bajo la sospecha de ser un ser extraterrestre encubierto. Las imágenes del rodaje dieron la vuelta al mundo apenas se supo que, en pleno rodaje de la película, Emma tuvo que raparse la cabeza ella misma... ¡en pantalla! La transformación debía registrarse en una única toma, por lo que la propia intérprete lo describió como una experiencia de concentración absoluta. "Ella primero leyó la escena y sintió un nudo en el estómago, no una verdadera duda, pero sí una reacción visceral”, explicó Lanthimos.
Tras rapar la cabeza de Michelle Fuller, el secuestrador (Jesse Plemons) aplica capas de cremas espesas sobre su piel para con el objetivo de, según él, anular sus poderes alienígenas. La actriz dijo en una entrevista que el proceso implicó pruebas diarias con diferentes productos, pues que el calor del cuerpo humano supera los 37°C, umbral que derrite (o absorbe) frecuentemente muchos de estos componentes.
"Dependiendo del día, se usaban bases, humectantes u otras fórmulas. Fue un verdadero experimento", detalló Stone, que durante meses trabajó con un equipo puntero de maquillaje y peluquería dirigido por Torsten Witte.
Pese a los desafíos, ella tiene claro su camino. Y si para llevarse a casa su tercera estatuilla dorada -mérito que, hasta ahora, solo ostenta Meryl Streep- tiene que vestir lenceros negros y camisetas básicas, que todo en la vida sea eso.

















