Ir al contenido principalIr al cierre de página

PSICOLOGÍA DE MODA

Tu ropa te delata: por qué usas más cinturones cuando te enfadas y te vistes de forma atrevida cuando estás enamorada


Dos expertas en psicología de autoestima e imagen nos explican por qué sucede esto


Street Style Copenhagen© Getty Images
24 de septiembre de 2025 - 14:04 CEST

Odio el día de mi cumpleaños. Nunca he sido de esas que organizan una fiesta espectacular cada año mientras soplan velas, piden deseos, y abren regalos. Siempre me he considerado una hater de mi cumpleaños porque recuerdo pocos en los que estuviese donde quería estar. Yo nací en pleno verano, en julio, y, si bien podría parecer que era muy divertido porque estábamos de vacaciones y disfrutando del calor, desde pequeña, o estaba de campamento, o aprendiendo inglés en Irlanda, o Dios sabe dónde. La cosa no mejoró cuando me fui a la universidad, y ni mucho menos cuando empecé mi vida laboral. Odio el día de mi cumpleaños, y por ello, en el último me vestí entera de negro, en señal de protesta. ¿Contra quién? Eso es lo de menos, yo solo quería protestar.

¡HOLA! Fashion La ropa que eliges cuando estás enamorada, triste o enfadada no es la misma© @carlomaranon

Nos vestimos para expresarnos

Sí, la ropa y la forma en la que vestimos está vinculada con nuestras emociones y lo que sentimos más de lo que pensamos. Esto podemos verlo también cuando vivimos una ruptura: toda mujer que haya sufrido un desamor ha pasado en algún punto del proceso por esa etapa en la que se pasea en sudadera, una cinta mal puesta en el pelo y en busca de un helado que acompañe la película romántica de turno (en mi caso yo soy más de películas bélicas, con muchos tiros, pero eso dará para otro artículo). Chenoa con su chándal gris nos representa a todas, Robin en How I met your mother, también. Los tópicos que vemos en las series y las pelis no están tan alejados de la realidad…

Dejando a un lado las emociones tristes, ¿qué pasa con nosotras cuando nos enamoramos? Esa fase tan bonita como efímera en la que todo parece brillar un poco más, incluso te despiertas con el primer sonido del despertador y das un pequeño salto en la cama. Cuando nos enamoramos no vestimos igual que cuando estamos tristes, o enfadadas, eso es así. ¿Qué nos ocurre? ¿En qué varía nuestra forma de vestir? Para despejar estas incógnitas recurrimos a las voces expertas de dos psicólogas especializadas en emociones, autoestima, e imagen.

Street Style Copenhagen© Getty Images

Un sentimiento, un estilo

“El enamoramiento activa en nuestro cerebro circuitos asociados a la dopamina y la oxitocina, dos neurotransmisores relacionados con el vínculo, la conexión, la motivación y el placer. Esa respuesta química nos predispone a mostrarnos más abiertas y seguras”, nos explica la psicóloga María Ros, y añade que por ello, al enamorarnos, tendemos a utilizar prendas que nos hacen sentir más empoderadas y atractivas. “La ropa se convierte en un lenguaje a través del cual reflejamos nuestras emociones en colores, patrones, texturas y estilos”, continúa.

Además, la psicóloga nos explica la teoría de la “expansión del yo”, que quiere decir que el amor invita a explorar más, arriesgar más y expresarnos con mayor libertad, “es como si la seguridad y vitalidad que nos ofrece el enamoramiento, nos empujase a mostrarnos con mayor fuerza al mundo”.

Street Style Copenhagen© Getty Images

A este punto del enamoramiento y de cómo nos vestimos en esa etapa sentimental, la psicóloga Ángela Parra argumenta que la ropa se llega a convertir en un manifiesto de quiénes somos y de cómo nos queremos proyectar: “elegimos lo que nos hace sentir vivas, confiadas, pero también lo que queremos que el otro perciba. Pueden ser taconazos que hablen de poder y seducción, un vestido ligero que insinúe ternura, o un look relajado y cómodo que exprese alegría y libertad. Cada elección es una forma de resaltar nuestra energía y presencia, mientras seguimos fieles a nuestra esencia”.

Por otro lado, Ángela Parra explica que cuando sentimos otras emociones, como la tristeza o la ira, nos expresamos de forma diferente a través de la moda: “la tristeza puede invitarme a buscar algo más cozy, que me abrace, o algo blanco y ligero que me dé sensación de renacer. La ira, en cambio, puede inspirarme prendas con más estructura, cierres o cinturones que me recuerden mis límites y me den contención”.

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.