"A veces envidio a mi madre porque vistiendo es mucho más atrevida que yo", confesaba Cayetana Rivera, a quien se refieren cariñosamente como Tana, durante una entrevista para el número de FASHION mayo que protagonizó. Y es que la hija de Francisco Rivera Ordóñez y Eugenia Martínez de Irujo, ha desarrollado un estilo propio que poco tiene que ver con el de la duquesa de Montoro.
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Mientras que el armario de esta destaca por los colores vibrantes, los estampados, las siluetas bohemias y las joyas vistosas (como las que ella misma diseña para Tous); el de Tana Rivera lo hace por su elegancia minimalista en la que suelen predominar los colores neutros. Es esta estética, de hecho, la que caracterizó parte de la primera colección de moda con la que debutó la joven hace unos meses.
Tras pasar unos días de vacaciones en Cádiz, Tana Rivera y su madre han aprovechado para sacar tiempo juntas y disfrutar esta semana de un plan especial. "Mi madre es mi mejor amiga, lo mejor que tengo en mi vida. De ella aprendo cada día. Vamos mucho al campo, al cine, a conciertos, de compras, disfrutamos de un vino...", aseguraba a ¡HOLA! la nieta de la duquesa de Alba.
El martes por la noche salían a cenar, inmortalizando el momento con una foto en la que ambas posar con el personal del restaurante. Una instantánea que vuelve a dejar muy claro lo opuestos que son sus gustos a la hora de vestir.
Tana Rivera apostaba por unos sencillos pantalones cortos con una blusa a rayas y sandalias planas de tiras, pero su madre se decantaba por un llamativo vestido largo en azul turquesa. Un diseño tipo caftán con bordados florales a contraste, en blanco, que acompañaba con unas zapatillas de plataforma.
"Cuando mi madre me enseña fotos de lo que se va a poner, pienso: ¡qué horror! Pero cuando se lo veo puesto, alucino. Todo le sienta bien y lo lleva con un estilazo espectacular", admitía Tana cuando le preguntábamos por Eugenia. Aun así, la duquesa de Montoro también consigue inspirar a su hija, especialmente si hablamos de joyas: "Confieso que asalto el joyero de mi madre con frecuencia. Pero he de decir que ella también lo hace con el mío. Nos intercambiamos piezas. Es parte de nuestra complicidad".