PROTOCOLO FASHION

Del festival a una mudanza: 5 planes en los que tu falda midi no es la mejor opción


Lo dice el protocolo FASHION: hay ocasiones en las que jamás deberías lucir una falda midi, incluso si eres de esas chicas que evitan a toda costa llevar pantalones


Del festival a una mudanza: 5 planes en los que tu falda midi no es la mejor opción© Getty Images
26 de agosto de 2025 - 17:00 CEST

La usas en la oficina, en tus citas más especiales, en comidas familiares y hasta en tus vacaciones, ¡pero no te dejes engañar! Yo también creía que la falda midi servía para todo y, por ensayo y error, me di cuenta con los años de que ninguna prenda de ropa es realmente infalible. Aunque se trate de un básico, siempre habrá al menos un plan en el que llevar falda midi no sea una buena idea, y en este artículo quiero hablarte de 5.

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© © Getty Images
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Es mucho más elegante y versátil que la minifalda, su contraparte microscópica, y aun así, la falda midi no consigue adaptarse a todos los ambientes, por lo que el pantalón se impone como la alternativa ideal. Sí, aunque sea sofisticada, cómoda y capaz de salvarte de un "¿qué me pongo?" en tiempo récord. ¿Quieres saber en qué 5 planes jamás deberías ponértela? Sigue leyendo. ¡Bienvenida a una nueva edición de Protocolo FASHION!

© © Launchmetrics Spotlight

1. En un festival de música al aire libre

Los últimos conciertos del verano están a la vuelta de la esquina y ya te imaginas el look que llevarás: falda midi, tus botas cowboy y un top de crochet. Es una combinación de diez, está claro, pero solo para Instagram. En la vida real, cualquier evento musical al aire libre es sinónimo de multitudes, césped mojado y vasos de cerveza derramados. Cada vez que alguien te roce, sentirás que tu falda se engancha o se arrastra por el suelo. Al final de la noche, tu look soñado se convertirá en un problema, así que mejor ponte unas bermudas o un vestido corto que aguante saltos y empujones.

© © joannielove
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2. Cuando te toca la barra en un restaurante

¿Mesa o barra? Yo lo tengo claro. No me gustan nada las mesas altas: limitan el movimiento, hacen que la espalda se canse y, por último y no menos importante, condicionan tu look. Las chicas que, como yo, vivan en Madrid, conocerán de sobra el drama que supone intentar cenar en un restaurante sin reserva. Te toca abrazarte a la barra, sin duda alguna. Ahora prueba subirte al taburete con una falda midi. No solo es incómodo, sino que puede provocarte un accidente si no tienes cuidado al bajar. En estos casos, apuesta por un pantalón, ¡una falda más corta ya sería la perdición!

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3. Si vas a montar bicicleta

Podemos estar de acuerdo en que el metro y el bus en hora punta no son los medios de transporte más cómodos, y también te daré la razón si me argumentas que caminar largas distancias con 30 grados a la sombra es todavía más tedioso. Pero ir en bici, moto o patinete al trabajo no siempre puede ser una solución. 

Más allá de si vas a sudar o no (algo a tomar en cuenta también), hay que considerar muchas prendas de tu vestuario de oficina son verdaderas enemigas del transporte a dos ruedas. Y no solo me refiero a los zapatos de tacón: con la falda midi, el tejido se engancha en las ruedas, el aire hace de las suyas y te expones a dar un espectáculo indeseado.

© © jankapolliani
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4. Una tarde en el parque de atracciones

Parece un plan superdivertido para celebrar tu cumpleaños rodeada de amigos, por ejemplo, así que tú decides ir con un look cómodo, pero bonito a la vez: camiseta básica con falda midi. La idea es genial hasta que llegas a una de esas atracciones de caída libre o las montañas rusas que dan más vueltas que la lavadora en modo centrifugado. No tenemos que explicarte qué pasará en ese momento, por supuesto.

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5. Cuando te mudas de casa

Pocos trámites en la vida son más angustiosos que una mudanza, aunque sea dentro del mismo barrio. Y todo se complica (por si tu estrés fuera poco) si la haces en pleno verano, como es la realidad de muchas chicas que comienzan el mes de septiembre en una ciudad nueva por trabajo o estudios. Llegó el día de la verdad: te has puesto el look más cómodo que se te ocurrió para estar cargando cajas bajo el sol de agosto: un top de tirantes, una falda midi y zapatillas. 

Que cada vez que tengas que agacharte, coger cajas o subir escaleras, la falda se te enredará, no te dejará caminar y tendrás que ir cogiéndola a cada paso. ¿El resultado? Que acabarás quitándotela. Es la prenda de moda que más vas a odiar un día así.

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