Soy de las que organizan el armario con las perchas en el mismo sentido, por tipo de prenda y colores del más claro al oscuro. También de las que crean una estudiada y detallada lista en el móvil con los conjuntos de ropa que va a llevar a un viaje. Por eso, para nada me imaginaba que, unas cuantas horas antes de la boda de unas de mis mejores amigas en Lisboa, no iba a tener claro qué look de invitada iba a llevar.
He de confesar que llevo meses trabajando con una modista para hacer un dos piezas en marrón chocolate, uno de los colores estrella del momento, que además, siendo rubia, me favorecía. Una idea que nació a raíz de encapricharme de unos pantalones joya de Zara (39,95 euros) que estaban agotados y que terminé comprándome en Vinted por el doble de su precio real en tienda.
Tras varias pruebas y errores (¡hicimos tres versiones!), el top palabra de honor que la costurera me había hecho no me gustaba... Quería jugar a ser diseñadora aficionada y me equivoqué.
Como experta en moda y amante de la organización previa, nunca me había planteado que a pocos días de asistir a una de las bodas más especiales de mi vida (en la que, por cierto, iba a ser la única española), no tendría el look perfecto en mis manos. ¿Qué me llevo en la maleta? ¿Añado muchos 'por si acasos' y decido en el último momento? ¿Repito mi conjunto azul de la boda que tuve semanas atrás?
Me ha resultado complicado gestionar esta frustración primermundista, pero Marta Ortega me ha salvado. O mejor dicho, las piezas especiales que he localizado en sus colecciones de Zara y Massimo Dutti.
Tras una investigación precipitada en las redes sociales, indagando en cómo dar con un traje sencillo, pero al que poder añadirle una pamela -uno de los requisitos que la novia me pidió y que llevaré sobre la cabeza durante el vuelo-, me topé con dos propuestas totalmente diferentes que además puedo reciclar para otro tipo de eventos.
El vestido kimono de Massimo Dutti
Por un lado, me compré online un vestido túnica lima, con detalles de las costuras marcadas, escote en forma de pico en la espalda y el cuello y las originales mangas murciélago (129 euros). Necesitaba añadirle complementos para aportarle un toque más divertido y desenfadado para el tipo de celebración: como la pulsera plata, fina y lisa con forma redondeada, de la colección Edition Limited de Massimo Dutti ( 49,95 euros), y el sombrero de rafia de ala ancha en marrón oscuro de la nueva colección de Zara Home (39,99 euros). Porque recordemos, aunque Portugal y España sean países vecinos, su protocolo de vestuario es más relajado y colorido, razón por la que buscaba algo diferente.
El dos piezas de satén de Zara
Y gracias a dar con el look viral de una invitada anónima que también ha ocupado nuestras líneas, descubrí este bonito y elegante dos piezas de ZW Collection en burgundy. Se trata de un vestido corto confeccionado en satén, con escote recto, tirantes finos y el bajo recto (39,95 euros) que encaja muy bien con sus pantalones de talle medio con pliegues delanteros (49,95 euros), creando una composición sencilla que respira elegancia y que invita a añadir un tocado más vistoso, e incluso uno clásico de rafia beige como este de Zara (59,95 euros), con un brazalete dorado ancho e irregular con abertura, localizado en Zara (59,95 euros).
También di con dos pares de sandalias de tacón que me encantan y voy a estrenar: unas de efecto plateado con un tacón fino de 10 centímetros (35,95 euros) y otras acharoladas en tono oro de 9,5 centímetros (29,95 euros), ambas son de Zara.
¿Cuál será la apuesta definitiva? Te lo contaré muy pronto.