Robert Allen Zimmerman, más conocido por todos como Bob Dylan, nos ha hecho emocionarnos y vibrar durante los últimos 50 años con su inconfundible talento musical, culminando con el Premio Pulitzer en 2008 y el Nobel de Literatura en 2016.
El cantante y poeta estadounidense vivió dos décadas, desde 1980 hasta el año 2000, en esta casa de Harlem, un barrio ubicado al norte de Manhattan (Nueva York). Esta zona urbana supuso un remanso de creatividad e inspiración donde pudo aprender y trabajar con algunos de los músicos más innovadores de toda una generación.
La casa de Dylan incluye cinco dormitorios, tres baños, un comedor, un amplio salón con balcón Juliette, biblioteca, suelos de madera, incrustaciones de molduras, revestimientos y techos altos. Y ahora está a la venta por 3.077.560 euros
En la fotografía, se puede observar el cuidado hall de la entrada unas escaleras de madera situadas a la izquierda con columnas corintias a juego. Una lámpara de araña ilumina la zona que cuenta también con un pequeño sofá morado con cojines en tonos tierra.
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Dylan necesitaba inspiración para sus letras y el salón era una de las estancias clave para la creatividad y la paz del artista estadounidense.
Las paredes en color crema combinan a la perfección con la chimenea de madera y con las dos esculturas de nogal en sus extremos. Una mesa de cristal ubicada en el centro, tres grandes ventanales con marcos de madera y diversos sillones de diferentes tonalidades completan la decoración del imponente salón.
El arte era una actividad esencial para el artista. De hecho, Dylan no sólo se dedicaba a la música, en el año 2016 la galería londinense Halcyon mostró una amplia exposición de sus óleos, acrílicos y dibujos a lápiz. Por este motivo, en esta estancia tienen especial importancia dos cuadros abstractos siguiendo la línea de Kandinsky y uno figurativo siguiendo el estilo del británico Francis Bacon.
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Como podemos comprobar en las fotografías, el material predominante en todas las estancias es la madera, así se puede visualizar en las columnas que presiden gran parte de las habitaciones, en las puertas, en los suelos, en las chimeneas y en las esculturas. Asimismo, los tonos tierra son los predilectos por el artista estadounidense.
Esta sala de estar es ideal para el descanso y también como lugar de lectura, otra actividad que apasionaba al cantante, a la que dedicaba largas horas.
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Siguiendo la línea de decoración de la casa, el estilo clásico también es el protagonista del comedor. La madera predomina en todo el espacio y, a ello, hay que sumarle la chimenea también formada con este material.
Como se podía esperar de un amante del arte y de la pintura como Bob Dylan, no podían faltar cuadros en esta estancia. En esta ocasión, el cantante se decanta por uno de grandes dimensiones y claramente abstracto. A la derecha, también se pueden vislumbrar dos pequeños cuadros que muestran una escena cotidiana y una representación de la naturaleza.
La moldura de escayola y la lámpara de araña en el techo que le dan un aire sofisticado al espacio, pero el punto focal de este lugar es, sin duda, el ventanal con arco de medio punto custodiado por dos pequeñas ventanas rectangulares.
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La cocina es un espacio amplio y luminoso, características que proporcionan los halógenos incrustados en el techo. Una vez más la madera está muy presente. Dispone de todo lo necesario para ser una zona clásica, moderna a su vez y práctica y sencilla, ideal para preparar un gran banquete.
Además de la madera, también se ubican materiales como el mármol y el metal. Y, si a ello le sumamos el tono verde pastel de las paredes, nos encontramos con un lugar donde la armonía entre los colores está muy lograda. Como en el resto de la casa, en la cocina de Dylan tampoco faltan los cuadros.
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El dormitorio de Bob Dylan sigue la línea de tonos tierra, grandes alfombras presidiendo las estancias y motivos de madera en ventanas y mobiliario. Su amplia cama cuenta también con un edredón de tonos marrones y cojines a juego.
Sin duda, es una estancia que proporciona paz y tranquilidad a todo el que allí se encuentre. Por supuesto, siguiendo la línea de todos los cuartos de la vivienda, la chimenea de madera adquiere un papel protagonista en la habitación del músico.
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Para finalizar el recorrido de la casa, en la parte exterior nos encontramos con una pequeña terraza con sillas y mesa de madera caoba con cojines de color rojo, el tono preferido por el cantante estadounidense.
La fachada capta plenamente nuestra atención, ya que los ladrillos desgastados con la lámpara y el macetero de forja otorgan un ambiente industrial a la casa. Un estilo decorativo que no pasa desapercibido.
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