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La gran cocina-comedor se erige como punto neurálgico de esta vivienda, que lleva el sello inconfundible del estudio Egue y Seta. Mesa y lámparas de Bianca Bosman y sillas Eames de Vitra.

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La gran mesa de madera (de Bianca Bosman) preside este espacio social, que hace las veces de cocina, comedor y estar. Revestimiento Metro blanco de Arena Profesional.

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Egue y Seta juega con la combinación elementos modernos con tradicionales. Así, el pavimento hidráulico, tipo Escher, se mezcla con sillas y luminarias de diseño actual.

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Un universo blanco, donde la pared actúa como pantalla de proyección. Sofá de Bianca Bosman y sillón Acapulco.

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El suelo hidráulico logra imprimir personalidad al espacio, al mismo tiempo que contribuye a crear sensación de calidez.

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La funcionalidad y la flexibilidad están presentes en cada rincón de la vivienda. Así, el espacio bajo el banco alberga una práctica mini bodega.

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Los dormitorios, abiertos y funcionales, posan su mirada en el 'jardín', a través de las mamparas de cristal y madera, realizadas por Josep Lamesa.

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Las habitaciones incorporan el cuarto de baño, creando un espacio único, luminoso y cómodo.

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El exterior se cuela dentro de la habitación, a través de los destellos y los reflejos de la gran cristalera.

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Los baños abiertos al dormitorio cuentan con una iluminación potente, reservada normalmente para estancias sociales.

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Los cuartos de baño se crean como áreas de relax, donde desconectar del ritmo de vida actual. Lavabos de Duravit, grifería de Rovira y bañera de Ideal Standard.

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