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Lo que la propietaria se encontró fue una casa con montones tabiques, pasillos y habitaciones ciegas, “sin sentido”, en palabras del arquitecto encargado de la reforma, Sergi Pons. Fotos de Adrià Goula.
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Se decidió recuperar algunos de los elementos originales de la vivienda, situada en un edificio del siglo XIX del céntrico barrio barcelonés de Les Corts.
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Los elementos originales recuperados son las vigas de madera y las bóvedas de ladrillo del techo; y el muro de piedra de una de las paredes. Se convirtieron de este modo en centro de atención de la vivienda.
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Una de las claves de esta vivienda tiene que ver con la colocación de "un cubo blanco, geométrico, puro, que no llega al techo, en la parte central del piso”. En él se situaron la cocina y el cuarto baño.
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La cocina y el cuarto de baño se separan mediante un espejo-pared que, de paso, aporta mayor luminosidad y sensación de profundidad al piso.
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El cubo tiene una amplia ventana en el cuarto de baño que da al dormitorio desde la bañera. De ese modo se disfruta de la vista de la piedra original de las paredes en el momento del baño.
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El suelo del baño, el dormitorio y la galería adyacente se decidió que se elevara 30 cm, creando una tarima de madera en continuidad con todo el piso. Lo vemos en esta imagen del dormitorio.
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El dormitorio se ve ampliado con una galería en la que se colocó un suelo hidráulico que contrasta conel blanco de paredes, muebles y textiles.
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En la imagen, vemos el plano en elq eu se aprecia perfectamente la nueva distribución de esta vivienda diáfana, obra de Sergi Pons.
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