"La caída propia del final del invierno, se ha prolongado durante el verano y puede llegar a juntarse con la del otoño. A ello se suman el estrés producido por la situación que estamos viviendo y un efecto secundario de la enfermedad que implica una caída brusca de grandes cantidades de cabello", avisa Adolfo Remartínez, creador de Nuggela & Sulé, sobre un fenómeno que este 2020 es más intenso que en otros años. Para solucionar el problema, cuidar la alimentación es clave, y también reforzar tu dieta anticaída con fórmulas de cuidado específicas: