También está acusada del mismo delito, una falta grave que les podría costar un máximo de cinco años de cárcel, la encargada de armería en el filme, Hannah Gutiérrez-Reed. Por su parte, David Halls, ayudante de dirección, llegó a un acuerdo en el que asumía su culpabilidad por un delito menor y asumió el cargo de "uso negligente de un arma letal" y seis meses de libertad condicional