La abogada especializada en derechos humanos, de 44 años, deslumbró con un vestido de Versace con flecos dorados que dejaba al aire sus brazos tonificados y resaltaba su escultural figura, mientras que su marido, la estrella de Ocean's Eleven, de 61 años, lucía elegante con un esmoquin negro. George no podía ocultar el orgullo que siente por su esposa y así se lo contaba a su llegada: "Amal ha sacado a los periodistas de Egipto, de Azerbaiyán, de las prisiones de todo el mundo, de Myanmar".
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