Los gestos de Tamara Falcó en su primer acto después de poner fin a su compromiso con Iñigo Onieva
La hija de Isabel Preysler mostró mucha tristeza y decepción, pero también alivio y una gran templanza
A pesar de todo el revuelo mediático en el que se ha visto envuelta en estos últimos días, Tamara Falcó ha tomado una decisión: no va a esconderse. Muchos pensaban que se quedaría en casa junto a su madre y su hermana, pero Tamara demostró anoche una gran profesionalidad y entereza.
La marquesa de Griñón vivió una mezcla de sentimientos que se vio reflejada en su rostro. Tamara llegó al Palacio Real de Madrid serena y manteniendo la calma en todo momento, aunque tuvo que coger aire antes de enfrentarse a los medios.
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La hija de Isabel Preysler eligió especialmente el look de su reaparición, luciendo un traje de chaqueta y pantalón negro con el que derrochaba clase y elegancia. La procesión iba por dentro, eso está claro, pero en todo momento mostró mucha templanza.
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Tamara caminó con paso firme. Llegó cabizbaja y con gesto serio, reflejando el momento tan difícil que está atravesando
Y entre todos consiguieron sacarle una sonrisa gracias a los aplausos, las palabras de ánimo...
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Pero la tristeza de sus ojos no se podía disimular. "El Iñigo con el que yo me he prometido no tiene nada que ver con ese", dijo sobre el vídeo que se filtró. "Yo estaba enamorada (...) nunca pensé que estuviera abusando de mi confianza", añadió, reconociendo que aún estaba "en estado de shock".
Fue realmente espectacular el poder de convocatoria. Muy a su pesar, y por motivos que le hubiera gustado que no se produjesen, Tamara es la mujer y anoche todos querían estar a su lado para ver cómo estaba y apoyarla.
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Llamó especialmente la atención lo entera y serena que mostró en todo momento. "He venido aqui porque para mí el trabajo es un pilar fundamental, y pensé: 'Vale, me está yendo mal en lo emocional, pero no voy a dejar que esto afecte a mi vida'", dijo explicando por qué había decidido salir de casa para ir al evento.
Mientras posaba ante las cámaras, Tamara no soltó su bolso. Le sirvió como agarre y punto de apoyo, quizá para intentar calmar los nervios ante el aluvión de cámaras que había.
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La ganadora de MasterChef Celebrity demostró que, incluso en el momento más duro, siempre hay que intentar ponerle una sonrisa. Y es que antes de marcharse, no dudó en hacer una broma sobre lo sucedido, asegurando que estaba convencida de que su madre, Isabel Preysler, había sido la encargada de filtrar los vídeos.
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Tamara pasó de estar en una nube a vivir una pesadilla. Es consciente de que ahora empieza una nueva etapa para ella y, aunque todos los planes que tenía se han venido abajo, está claro que va a conseguir sobreponerse y salir adelante.
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