"Estaba hablando con José Antonio en la salita, que tenía una carpeta con papeles y entonces entró Fidel. De repente, mi tio me dice: 'Todo esto lo tengo claro (refiriéndose a los gastos de la finca de La Yerbabuena). A mí lo único que me preocupa es todo lo que no sale en el testamento: los abrigos de piel, las joyas y Miami", ha contado Rocío Carrasco.