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Lo tenía todo: fama, juventud y una promesa de éxito en el horizonte. El camino de Britney Spears se abría ante ella sin complicaciones aparentes más allá de lidiar con la pasión desenfrenada del fenómeno fan. A sus 20 años y bautizada como princesa del pop, gozaba del aplauso del público, que amaba y odiaba a partes iguales su imagen de inocente provocadora. En su afán de desprenderse del aura de dulzura que la rodeaba desde la infancia (apareció en The Mickey Mouse Club), comenzaron a multiplicarse las polémicas: un beso con Madonna, en la MTV, una fugaz boda en Las Vegas con un amigo de la infancia, Jason Alexander, que solo duró tres días… Tocó fondo en 2007, momento en el que su vida cambió para siempre

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La pérdida de la custodia de los dos hijos que tuvo con Kevin Federline fue un durísimo golpe para la artista, que protagonizó el episodio más difícil de su vida. Con el pelo rapado y un comportamiento incoherente, demostró que atravesaba una etapa de gran inestabilidad (no hay quien no recuerde aquellas imágenes con la mirada perdida). Fue entonces cuando su padre Jamie Spears asumió su tutela legal, un control contra el que, ya recuperada tras haber pasado por una clínica de desintoxicación, aún sigue luchando. 'Mi vida estaba controlada por demasiada gente y eso es algo que no te permite ser tú misma. Eran otros los que tomaban todas las decisiones por mí' explicó al diario israelí Yediot Ahronot en 2017

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El caso de su tutela legal, a lo largo de más de una década, ha generado una gran controversia. Apenas el año pasado a la cantante se le permitió elegir a su propio abogado, Samuel D. Ingham III, para que de un enfoque diferente a su caso, buscando sustituir a su padre por una persona externa a su núcleo familiar que ella elija y bajo sus condiciones. En su lucha personal, Britney ha estado apoyada por miles de fans que siguen sin comprender por qué no se le permite a la artista, que tiene ahora 39 años, recuperar las riendas de su vida. Además de las vistas judiciales, el debate sigue de plena actualidad tras la emisión del documental sobre su vida, Framing Britney Spears, emitido el pasado 3 de febrero y que ha sido descrito como una ‘historia de terror pop’

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En este documento se analiza el ascenso a la fama de la cantante y el hecho de que su padre siga teniendo este control sobre ella desde hace ya trece años. Ella misma se ha pronunciado tras la emisión del documental asegurando que las situaciones y las personas son siempre más complicadas de lo que parece a simple vista. ‘Recordad que lo que pensamos que sabemos acerca de la vida de una persona no es nada comparado con lo que esa persona está viviendo realmente tras los focos’ señaló, asegurando que ella está tratando de aprender a ser ‘una persona normal’

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A su lado estará Sam Asghari, su novio, que también se ha referido a este documental dejando claro que la relación con Jamie Spears está rota. ‘Es importante que la gente entienda que tengo cero respeto por alguien que intenta controlar nuestra relación y está constantemente poniendo obstáculos en nuestro camino’ señaló, tildando a su suegro de poco inteligente con un insulto que fue apoyado por los fans. ‘Siempre he querido lo mejor para mi media naranja y continuaré apoyándola para que siga sus sueños y cree el futuro que desea y merece’, expresó Sam en un comunicado enviado a People

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Con el paso de los años la artista ha madurado, reflexionando sobre su pasado marcado por una fama temprana que le resultó difícil de digerir. ‘Los que empezamos muy jóvenes en este negocio tenemos que aprender sobre la marcha a encontrar el equilibrio entre nuestra vida personal y nuestra vida profesional. Entonces todo era muy diferente, no sabía siempre qué estaba bien y qué estaba mal, me dejaba llevar por el instinto’ aseguró en la citada entrevista de 2017

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Britney, que en su día abarrotó estadios, lleva desde 2018 sin pisar un escenario en directo. Su entorno más cercano señala que no lo hace por miedo a su padre, pues la paraliza el control que ejerce sobre todo lo que emprende. Trece años en los que el eco de su grito ‘libertad’ sigue resonando…

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