La Super Bowl no pudo comenzar de mejor manera. Miley Cyrus abrió el espectáculo depotivo más seguido en todo el mundo y lo hizo con una actuación sublime. La cantante se subió al escenario y quiso dedicarse su show a todos los profesionales sanitarios que luchan en primera línea contra la pandemia. La intçerprete se emocionó en varias ocasiones, concretamente cuando cantó 'Wrecking Ball', el tema que compuso tras su primera ruptura con Liam Hemsworth, y con la canción 'The Climb'. Instantes antes de interpretar este tema se dirigió al público y les dijo: "Muchos nos hemos sentido rotos este año, la letra de la siguiente canción necesito dedicármela a mí misma, esta canción es sobre no rendirse".
Cyrus, vestida como una genuina Cheerleader con un conjunto negro y fucsia , se subió al escenario con dos iconos del rock de los ochenta, Billy Idol y Joan Jett. Junto a Idol interpretó varios temas de su último disco, 'Plastic Hearts', como fueron 'Night Crawling', y 'Bad Karma', pero también en su repertorio incluyó canciones de ambos artistas como 'White Wedding' y 'I hate myself for losing you'.
Jennifer Lopez, la estrella del año pasado de la Super Bowl, no quiso perderse el show y viajó a Florida acompañada de su prometido, Alex Rodriguez. Tras aterrizar en un avión privado, la pareja compartió algunos momentos emocionantes durante el partido. Mientras seguía con interés el juego de ambos equipos, la artista de Let's Get Loud sostenía un cartel que decía: "Gracias, héroes de la salud". Ese fue su particular homenaje a los sanitarios en el Estadio Raymond James en Tampa, Florida.
Y llegó el intermedio de la Super Bowl con la ansiada actuación de The Weeknd. La estrella canadiense de pop y R&B ofreció un show en el que no faltaron los fuegos artficiales, los cañones de humo y los juegos de luces propios de su éxito 'Blinding lights', que se convirtió en un himno para el país durante los primeros meses de la pandemia.
Nada más escuchar los primeros acordes de 'Blinding Lights', el campo de juego se llenó de centenares de bailarines vestidos igual que The Weeknd ataviados con vendas en el rostro, pero su espectáculo no llegó a la expectativas de sus fans pese a los siete millones de euros que se gastó el artista, tal y como dio a conocer su representante. El show, según los más críticos, no estuvo a la altura de esta cita tan exigente.
Y tras el juego llegó la victoria. Tom Brady, el marido de Gisele Bündchen, se hizo con el triunfo tras liderar a los Tampa Bay Buccaneers que ganaron 31-9 frente a los Kansas City Chiefs y se proclamaron campeones de la Super Bowl LV. El gesto de Gisele no podía resumir mejor el triunfo del equipo de su esposo.
Tras la victoria no podía faltar el beso apasionado de la gran pareja protagonista. Tom Brady, el quarterback más deseado de América, y Gisele Bündchen, una de las modelos más aclamadas del mundo, celebraron el triunfo con sus hijos sobre el césped. La pareja tiene dos en común: Benjamin y Vivian. John Edwards, de 13 años, es fruto de una relación anterior de Brady con la actriz y modelo Bridget Moynahan.
La modelo brasileña vibró con sus hijos en el el Raymond James Stadium de Tampa (Florida). Un año más dejó patente su amor por Tom Brady con el que, no obstante, ha superado alguna que otra crisis en su matrimonio tras su boda en 2009. El año pasado la estrella del fútbol americano confesó que su mujer llegó a decirle en 2018 que no "estaba satisfecha" con el rumbo que había tomado su matrimonio.
Tom Brady se convierte en el mejor jugador de la historia de este deporte tas lograr su séptimo anillo de campeón de la NFL. El futbolista levantó la copa que le hace merecedor de este gran título en presencia de su hija Vivian, de ocho años.