Kirk Douglas, la estrella que inmortalizó al inolvidable gladiador Espartaco y que deja tras de sí una saga dedicada al cine, delante y detrás de la cámara, con su hijo Michael a la cabeza, falleció el 5 de febrero a los 103 años. "Para el mundo, él era una leyenda, un actor de la época dorada de las películas. Pero para mí y mis hermanos, él era, simplemente, papá; para Catherine, un suegro maravilloso; para sus nietos y bisnietos, su cariñoso abuelo, y para su mujer, Anne, un marido maravilloso", dijo Michael Douglas. "La vida de Kirk fue bien vivida y deja un legado en el cine que perdurará en las generaciones venideras, y como un reconocido filántropo que trabajó para ayudar al público y traer la paz al planeta. Permítanme terminar con las palabras que le dije en su último cumpleaños y que siempre fueron sinceras: Papá, te quiero mucho y estoy muy orgulloso de ser tu hijo", añadió. Las exequias de Kirk se celebraron en Los Ángeles y Anne, la mujer que ha estado a su lado durante los últimos 65 años, estuvo rodeada por sus hijos, nietos y bisnietos