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La muerte de Sean Connery, a los 90 años, ha dejado al mundo del cine huérfano de una de sus grandes leyendas. El mito nació en los últimos coletazos de la llamada edad dorada de Hollywood y se forjó entre los martinis y las miradas seductoras del agente secreto más famoso de todos los tiempos. Para muchos -además del primero- ha sido el mejor James Bond que ha existido nunca, con permiso de George Lazenby, Roger Moore, Timothy Dalton, Pierce Brosnan y Daniel Craig. 

Aunque el agente 007 fue el personaje que lo llevó al estrellato, el escocés no solo logró convencer al salir del registro 'Bond', sino que lo hizo llevándose un Oscar en 1988 por su papel en Los intocables. En su palmarés, también figuran dos Baftas y tres Globo de oro. 

Repasamos los papeles más icónicos del actor y el recorrido vital de un joven de origen humilde que acabó conquistando el firmamento de Hollywood y siendo nombrado caballero del imperio británico por Isabel II 

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A pesar del halo de sofisticación que desprende, Sean Connery procede de una familia escocesa muy humilde. Su padre era camionero y su madre se dedicaba a la limpieza, por lo que pronto tuvo que dejar los estudios para ponerse a trabajar. Uno de sus primeros oficios fue el de repartidor de leche, hasta que decidió enrolarse en la Marina Real, periodo que dejó grabado a fuego en forma de dos tatuajes en la piel, como buen hombre de mar. Un problema de salud crónico le impidió continuar en la Armada, por lo que, a su regreso, siguió encadenando trabajos hasta que la oportunidad del cine se cruzó en su camino. Hasta entonces, probó suerte con todo tipo de profesiones, e incluso en el deporte. Era un entusiasta del futbol y el golf, pero finalmente, su altura, su porte y sus maneras elegantes eran más apreciadas por las cámaras. Está claro que no se equivocó 

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Fue en 1962 la primera vez que se metió en la piel de James Bond. En Agente 007 contra el Dr. No compartía cartel con Ursula Andress y su primera misión consistía en investigar dos asesinatos en Jamaica, pero al llegar a la isla debe enfrentarse al Doctor No, cuyo propósito es desviar los cohetes lanzados desde Cabo Cañaveral. Sean Connery pronunciaba por primera vez su ya mítica frase: 'Mi nombre es Bond, James Bond' 

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Tras el éxito de la primera película de James Bond, que adaptaba al cine el personaje de las novelas de Ian Flemming, le siguieron Desde Rusia con Amor (1963), Goldfinger (1964), Operación Trueno (1965). En 1965 su presencia en el festival de Cannes desató la locura de un fenómeno fan rendido ante los encantos del famoso agente. Sean Connery ya era toda una estrella, pero el actor comenzaba a sentirse encasillado. Despué de rodar, la siguente secuela, Solo se vive dos veces, cedió su papel a George Lanzeby, aunque no sería aún el adiós definitivo al personaje

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El mismo año que Sean Connery estrenaba su primera película como James Bond, también daba un importante paso en el plano personal. En 1962 se casó con la actriz australiana Diane Cilento, con la que tuvo a su único hijo, Jason Connery. Su matrimonio duró 11 años y acabó en una amarga ruptura, tras la cual, ambos rehicieron sus vidas; él, con la pintora Micheline Roquebrune, y ella, con el dramaturgo, Anthoy Shaffer. Diane falleció en 2011 tras una larga enfermedad

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Siempre al servicio de su majestad, proteger a la reina Isabel II era su prioridad como agente 007 y, como Sean Connery, tuvo la oportunidad de encontrarse con ella en más de una ocasión. En la imagen, podemos ver al actor y a su mujer, Diane Cilento saludando a la monarca en el estreno de Solo se vive dos veces. Además, en el año 2000, la Reina de Inglaterra le nombró Caballero del Imperio Británico, distinción que aceptó vestido con el traje típico escocés. Desde entonces, era Sir Sean Connnery

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A partir de la década de los 70, Sean Connery sintió la necesidad de reivindicar su valía como actor más allá de James Bond y demostró que tenía muchos más registros. Aunque participó en varios títulos, como El día más largo o Marnie, junto a Tippi Hedren, mientras interpretaba al famoso agente, fue en los 80 cuando consiguió el verdadero reconocimiento fuera de su personaje fetiche. Su trabajo en El nombre de la rosa, en 1986 le valió un premio Bafta, pero fue en 1988 con su papel de tipo duro en Los intocables, cuando logró conseguir el Oscar

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Tras su aclamada interpretación en Los Intocables, Sean Connery se metió en la piel del padre de Harrison Ford en Indiana Jones, a pesar de que a ambos actores solo les diferenciaban doce años de edad. Además, Indiana Jones y la última cruzada es también un homenaje a James Bond, ya que este personaje fue el que inspiró la famosa saga de aventuras

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Una de las debilidades del actor escocés era Marbella. Desde luego no fue la única celebridad que acabó enamorada de la localidad malagueña, lugar de encuentro durante años de la jet set internacional. En el caso de Connery, tal fue su arraigo por la ciudad, que fue uno de los primeros que decidió invertir y comprarse una casa allí. Así, con la finca Malibú como campamento base, disfrutó durante años del sol de Andalucía, del golf -otra de sus grandes pasiones- y de las famosas fiestas marbellís donde trabó amistad, entre otros, con Carmen Cervera y su marido, el barón Thyssen

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Una de las grandes pasiones de Sean Connery era el golf y Marbella era el destino perfecto para practicarlo con buena temperatura y mejores campos. Su afición por esta disciplinas, le hizo coincidir en más de una ocasión con uno de los deportistas españoles más importantes, Severiano Ballesteros. Fueron varias las ocasiones en las que coincidió con el golfista cántabro en torneos alrededor del mundo. Ambos tenían más en común de lo que parecía, a juzgar por las palabras de Colin Montgomery, laureada golfista escocés que en una ocasión dijo: "Sólo he conocido a dos hombres genuinamente carismáticos en mi vida: uno era Sean Connery y el otro, Severiano Ballesteros"

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Escocés orgulloso, fueron muchas las veces que pudimos ver a Sean Connery con el kilt, el traje típico de su tierra. Reivindicaba sus raíces siempre que podía y con el tradicional atuendo recibió la condecoración de Caballero del Imperio Británico de manos de Isabel II. Su defensa de los valores y singularidades de Escocia le valieron en 2001 un galardón de la Fundación Escocesa Americana, que recogió, debidamente ataviado, frente al capitolio de Washington. Le acompañaba su segunda esposa, Micheline Roquebrune, con la que se casó en 1975

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En su juventud Sean Connery jugaba al futbol en las filas del Bonnyrigg Rose Athletic Football Club, pero la suerte quiso que se le cruzara una oportunidad más que tentadora. Un directivo del Manchester United, que estaba de ojeador durante uno de los partidos, le tentó entonces con un contrato. Sin embargo, prefirió probar suerte en el mundo del cine. 

Aún así, Connery seguía siendo un gran aficionado al fútbol y en 2005 aún pudo presumir de 'toque' ante Ronaldinho, por aquel entonces estrella del Barça. El actor fue el encargado de hacer el saque de honor durante un partido benéfico en Barcelona

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A pesar de su fama de seductor, Sean Connery llevaba 45 años casado con Micheline Roquebrune, una pintora francesa de origen marroquí a la que conoció en los campos de golf y que le acompañó hasta el final de sus días. Desde su retirada del cine, a principios de la década de los 2000, la pareja vivía feliz en su casa de Bahamas, donde el actor ha fallecido en la cama rodeado de sus seres queridos, tal y como ha confirmado su hijo Jason

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Una de las últimas imágenes públicas de Sean Connery datan de 2017, cuando el actor daba un paseo por las calles de Nueva York. Con 87 años y, a pesar del natural deterioro físico, aún se vislumbraba el galán que siempre ha llevado dentro. Ya no parecía tener "licencia para matar", pero aún se podía entender por qué a los 59 años aún fue elegido por la revista People como el hombre vivo más sexy del mundo

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