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Aunque en los últimos años su perfil mediático ha sido bajo -prácticamente como el del resto de la familia Janeiro-, lo cierto es que durante mucho tiempo tanto el patriarca como sus hijos coparon titulares de toda índole

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El padre de Jesulín de Ubrique nació el 1 de noviembre de 1943. Era el pequeño de cuatro hermanos. Con nueve años, sufrió un accidente al caerse de una roca, lo que le produjo un tumor y una minusvalía en la pierna y en la cadera

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Conoció a la que fue su mujer casi por casualidad, en una tienda, aunque, ni corto ni perezoso, terminó contratándola en su taller. Humberto Janeiro emigró a Suiza y a su vuelta, su relación se consolidó hasta el punto de que Carmen Bazán se quedó embarazada

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Acabaron casándose el 4 de noviembre de 1971 en Ubrique. Al año siguiente nació Humberto en Jerez. Después, en 1974, llegaría Jesús, en Ubrique, posteriormente Carmen -también en Ubrique- y el benjamín, Víctor -en Ubrique-

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Humberto siempre tuvo claro a qué quería que se dedicaran sus hijos. Cuando el primogénito cumplió los ocho años, ya quiso inculcarle la profesión de piloto. Igual ocurrió con Jesulín: con cuatro años empezó a llevarle a los toros. En cuanto a Carmen , una futuróloga les vaticinó que sería modelo o cantante. Por su parte, para Víctor había pensado que se convirtiera en golfista, pero finalmente se decantó por el toreo

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A finales de los años 80 compraron la finca Ambiciones, de 140 hectáreas, por unos 75 millones de pesetas. El propio Humberto se encargó del proyecto, de adquirir los bienes que forman parte del patrimonio familiar y de supervisar las obras

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En 2003, tras muchos rumores y especulaciones, Humberto Janeiro y Carmen Bazán iniciaron los trámites de separación. Dos años después llegó el divorcio y, casi al mismo tiempo, Humberto decidía marcharse de Ambiciones sin que nadie le echara, tal y como confirmó a ¡HOLA!

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