“Los asuntos familiares deberían ser asuntos familiares”, ha dicho Kellyanne Conway, consejera del Presidente desde antes de su llegada a la Casa Blanca, en las últimas horas al ser preguntada por el polémico libro. Sin embargo, no se ha retirado sin antes lanzar un dardo a la sobrina de Trump y advertir que las “personas de piel fina que han vivido en casas de cristal” deberían pensárselo tres veces antes de tratar a su familia como si fueran un negocio. La batalla no ha hecho más que comenzar.