Viajes

Andalucía

Cádiz, el mirador del Atlántico

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La catedral de Cádiz, del siglo XVIII y estilo barroco. Su parte trasera se divisa desde el Campo del Sur, la avenida que perfila la orilla atlántica de la ciudad.

Los fabulosos atarderceres de Cádiz es otro motivo por el que merece la pena visitar esta hermosa ciudad.

Cádiz está rodeada por las aguas del Atlántico. Una estrecha lengua de tierra la une a la Península. En torno a ella se extiende una diáfana bahía, donde se tienden ciudades tan populosas como San Fernando o El Puerto de Santa María.

Cádiz es la ciudad más alegre y viva de Andalucía. También es la más blanca de las ocho capitales. Su urbanismo es la herencia de más de tres mil años de historia. La primera ciudad creada en Europa recibió la sangre y la palabra de todas las grandes civilizaciones mediterráneas —fenicia, griega y, más tarde, romana y árabe—, que buscaban, rumbo al océano, nuevas tierras donde expandir sus dominios. Las calles y plazas que conforman Cádiz son rectas y disciplinadas, estrechas y alargadas, con grandes fachadas señoriales que esconden en su interior íntimos patios donde la vecindad ha forjado el gracejo y la sabiduría gaditana. Sorprende que en un territorio tan pequeño exista un catálogo botánico tan extenso. Los parques y avenidas de la ciudad vieja poseen árboles y plantas exóticas, procedentes en su mayor parte de América. No es de extrañar: Cádiz fue durante siglos la principal área portuaria de España, y hasta ella llegaban todas las riquezas del Nuevo Mundo. De hecho, muchos viajeros encontraron un sorprendente parecido entre la vieja Gades y ciudades coloniales como La Habana. Tanto es así, que si a Cádiz se la mira desde el Campo del Sur, con la catedral al fondo, el viajero puede creer que se halla frente al malecón de la capital cubana.

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