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Mapa de situación
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Al pasar por Ayllón hay que subir a La Martina, y no vale la excusa de no saber cómo encontrarla, se la ve desde cualquier rincón del pueblo, en lo alto del cerro. Y en todo caso, se la oye dar las campanadas del mediodía 梕ntre el primero de abril y el primero de septiembre, como lleva sucediendo desde hace tanto que nadie se acuerda. Porque La Martina es el único torreón que queda en pie de su soberbia muralla medieval.
Mas si uno sigue la recomendación de subirse hasta lo alto y echarle tiempo al asunto se encontrará con otra grata sorpresa. Los primeros pobladores del lugar, y han sido muchos a lo largo de los siglos, eligieron bien el rellano. Si ellos buscaban las alturas para ver venir de lejos al enemigo, el viajero de ahora lo que agradece de veras es un horizonte ancho donde aliviar la vista de las apreturas propias de la ciudad. Y desde aquí se ve mucho: por un lado, campos de Castilla; por otro, la sierra de Ayllón, repleta de altos y bajos como una prolongación de la del Guadarrama, estirada hacia el Nordeste para separar las provincias de Segovia, Soria y Guadalajara.
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