Cuando el dragón se disponía a engullir a la bella princesa, entró en escena un aguerrido caballero que, montado a caballo y armado con una larga lanza, hirió de muerte al maligno ani mal. El celado adalid era, nada más y nada menos, que el mítico San Jorge. En el lugar donde se derramó la sangre del dragón brotó al instante un rosal de rosas rojas. A partir de este milagroso acontecimiento, el antiguo militar capadocio 梞artirizado por abrazar la fe de Cristo se convirtió en protector de los enamorados catalanes, que desde entonces mantienen la tradición de regalar esta flor a sus amadas. También en la villa tarraconense de Montblanc 梣ue luce con orgullo el recinto amurallado mejor conservado de toda Cataluña se conmemoran estos hechos legendarios con la celebración de la Semana Medieval de la Leyenda de San Jorge, que, claro está, coincide con el 23 de abril, día de Sant Jordi.
EL «DRACUM NOCTE»
Durante dos fines de semana consecutivos, la capital del Barberà revive su pasado y se engalana con los viejos estandartes señoriales. Sus habitantes celebran, vestidos a la antigua usanza medieval, una fiesta en la que destacan las representaciones de las escenas cotidianas de aquella época, un mercado medieval, una representación de juglares, una cena medieval multitudinaria, el «Dracum Nocte» 梒on mucho fuego y muchos seres malignos, la escenificación de las Cortes Catalanas, celebradas en la propia villa en 1307, y, sobre todo, el macroespectáculo de la leyenda de San Jorge.
|