A solo unos kilómetros de Valladolid, en medio del páramo castellano, la tierra llana se eleva para dar forma a un sorprendente cañón a orillas del Pisuerga. Para llegar a él hay que tomar la autovía A-62 que une la capital con Palencia y hace de eje vertebrador de la Ruta del Vino de Cigales. Estamos en el territorio del clarete y en este, además de bodegas y viñedos, encontramos pueblos encantadores con casas-cuevas, castillos encantados, monasterios cistercienses y singulares parajes como los cortados que se extienden entre Cabezón de Pisuerga y San Martín de Valvení que son un capricho de la naturaleza.
¿Cuántos imprescindibles de Valladolid te quedan pendientes de ver?
Nos quedamos en la margen derecha del río para hacer la ruta circular GR 296 que une ambos municipios, un agradable paseo por la vega del Pisuerga y las cuestas y páramos que la bordean siguiendo el pequeño ‘Cañón del Colorado vallisoletano’. Son 7 kilómetros que arrancan en Cabezón y, en su primer tramo por pista y luego por un sendero, ascienden entre pinos a la cima del cerro de Altamira. La atalaya, a menos de un kilómetro del inicio de la ruta, fue ocupada en el siglo X por un castillo del que ya no queda nada, pero es un mirador maravilloso para recrearse con las vistas del pueblo, del valle del Pisuerga y los montes Torozos.