No hay que esforzarse demasiado para buscar una banda sonora al paisaje de Calella de Palafrugell, entre otras cosas porque hubo alguien que se nos adelantó hace ya más de medio siglo. “Quizás porque mi niñez sigue jugando en tu playa/ y escondido tras las cañas duerme mi primer amor/guardo tu luz y tu olor por donde quiera que vayas”. La voz inimitable de Serrat y su Mediterráneo sigue resonando en este lugar donde, en un hotelito costero frente al mar, compuso una de las grandes canciones de la música española.
Pueblos marineros del Mediterráneo con sabor a sal
Sobre la arena gruesa de la playa de Port Bo descansan las barquitas. A orillas del mar están las viviendas de los pescadores con sus arcos abovedados. Detrás, el laberinto de calles estrechas y peatonales. Por encima de los tejados de sus casas blancas, la torre de la iglesia. Y enmarcando la postal, la costa rocosa, los acantilados y los pinos. Es la foto de este antiguo pueblo marinero que no puede ser más bonito. La Costa Brava tiene en él una de sus mejores cartas de presentación.