Estas profundas gargantas del Prepirineo son un lugar perfecto para disfrutar de la naturaleza en familia. El otoño es quizás su estampa más conocida, pero recorrerlas en primavera es una magnífica opción, repletas de belleza natural y biodiversidad.
Hablamos de gargantas, pero también de hoces o foces, términos que designan las estrechas y profundas entradas excavadas por los ríos en los materiales rocosos. Estas dos, abiertas por el Irati (en Lumbier) y el Salazar (en Arbayún), separadas entre ellas apenas 15 kilómetros, son el summum de la naturaleza. Un paisaje que embriaga, donde cada una tiene su propia personalidad y se visita de manera diferente.
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