Guía imprescindible para pasar 48 horas en Venecia

La plaza de San Marcos es uno de los rincones más visitados de la ciudad. Mejor pasear por ella al caer la tarde, cuando los últimos rayos de sol se cuelan por loas arquerías del Palacio Ducal, una obra maestra del gótico. En la plaza también encontramos las columnas de San Marcos, con el león alado, y San Teodoro.

La belleza serena de Venecia hace de esta ciudad una de las más deseadas de Europa.

El interior de la basílica de San Marco, con cinco enormes cúpulas, está decorado con bellísimos mosaicos bizantinos y placas de marmol. Es, posiblemente, el monumento más visitado de la ciudad.

Puente de los Suspiros, junto al Palacio Ducal. Es posible acceder a su interior.

Iglesia del Santísimo Redentor, obra del veneciano Andrea Palladio. 

Restaurantes juntos al famoso puente Rialto, el más famoso de los puentes de la ciudad, y uno de los más antiguos.

Un paseo por Murano y Burano, con sus fachadas de llamativos colores, a las que se llega de manera rápida y sencilla con el vaporetto.

Imprescindible en la isla de Murano buscar algún taller en el que admirar el proceso artesanal de soplado de sus famosos vidrios.

Belleza romántica y decadente de los canales de Venecia.

La mejor manera de moverse en Venecia es en vaporetto (autobús acuático). Con ellos puedes moverte por toda la ciudad y también te llevan a las islas de Murano, Burano y Lido.

También existen taxis acuáticos -aunque son bastante más caros- o góndolas que recorren sus canales. Los traghetto son góndolas que cruzan el Gran Canal en las zonas donde no hay puentes, y son mucho más económicas. Es una ciudad pequeña con lo que pasearla también es una buena idea. 

Los hoteles abren sus fachadas a los canales con góndolas que reposan a su entrada a la espera de turistas.