IMPRESCINDIBLES
Alquilar un velero y navegar por las tranquilas aguas del Adriático o, más exclusivo, un yate privado, para llegar a pequeñas calas inaccesibles por tierra.
Recorrer el encantador conjunto urbano de Hvar por sus callejuelas en cuesta, entre centenarias casas de piedra caliza con un característico color dorado que trepan por el anfiteatro natural al que se asoman y tiendecitas de recuerdos.
Disfrutar de vistas fabulosas sobre el mar desde la Fortica Španjola, la fortaleza española de época medieval que corona el epicentro de la isla.
Entrar en la catedral de San Esteban, el edificio más notable de Hvar, pero también conocer la Logia y la torre del Reloj.
Dar un paseo por el puerto y sentarse a degustar una buena langosta en alguno de sus encantadores restaurantes.
Conocer el ambiente del beach club más popular de la isla, Hula-Hula Hvar y tomar un cóctel con música de dj’s hasta la puesta de sol.
Conocer Stari Grad, la ciudad más antigua de la isla de Hvar, fundada por los griegos en el siglo IV a. C. con el nombre de Pharos. Entre sus lugares de interés, el palacio del poeta Petar Hektorovic y el monasterio dominico. La fértil llanura de Stari Grad, donde se cultivas, sobre todo, vides y olivos, además de reserva natural es Patrimonio de la Humanidad.