IMPRESCINDIBLES
No hay que perderse los elementos decorativos tallados en piedra de la puerta sur y acceso principal al monasterio, como tampoco la puerta de mediodía, la iglesia de Santa María y el patio del claustro, considerado la joya de la corona gracias a sus arcos y pilares de belleza inspiradora.
Visitar las tumbas del rey Manuel I, Fernando Pessoa –la figura más ilustre de las letras portuguesas, situada en la parte superior del claustro–, el explorador Vasco de Gama y el poeta Luis de Camoes.
Hacerte con unos pasteles de Belém en la famosa pastelería (pasteisdebelem.pt/es) situada justo al lado del monasterio.
Visitar la Torre de Belém –también de estilo manuelino–, declarada Patrimonio de la Humanidad, y uno de los mejores miradores sobre el Tajo. El edificio ha servido de faro, cárcel y hasta de centro de recaudación de impuestos.
Existe una entrada combinada para visitar el monasterio y el contiguo Museo de Arqueología de Lisboa, cuya colección, la más importante de Portugal, abarca desde el Paleolítico a la Edad Media.