Oscar de la Renta se despide de París

Ya lo había adelantado en Madrid hace unas semanas, cuando se acercó a la capital española para recoger el premio 'Agua de Oro'. El modisto dominicano aseguraba estar encantado con esta larga etapa al frente de la Alta Costura de la casa Balmain, pero ahora necesitaba más tiempo para dedicárselo a su propia marca y para sí mismo, después de una grave operación de espalda. Pero Oscar de la Renta se despide de Balmain por la puerta grande, ya que a su llegada se encontró con una empresa deficitaria y algo decadente y a su marcha, tras 10 años de trabajo, ha colocado a Balmain a la cabeza de las casas de alta costura, con altísimas cifras de ventas, y ha aumentado sus beneficios de modo espectacular.

Aunque el diseñador aún tenía contrato con Balmain hasta enero, ambas partes han decidido que ésta fuera su última temporada. Todo París se hallaba espectante porque se despedía uno de los grandes, discípulo de Cristóbal Balenciaga, y a buen seguro que iba a destapar el tarro de las esencias... Y así fue. Oscar dio una lección de moda con una espectacular colección de inspiración rusa por la que damas de la alta sociedad, como la princesa Marie Chantal de Grecia, una de sus más fieles clientas, pagarán cifras astronómicas.

La despedida, sin embargo, no dejó un regusto amargo, ya que el dominicano seguirá dedicándose a su propia marca, que cada vez requiere mayor atención. Además, el reciente Aguja de Oro ha comentado, entre sonrisas, lo duro que se le hacía viajar dos veces al año desde su casa de Punta Cana, en la República Dominicana, al casi siempre frío y nublado París. Ahora, su talento se queda en América, y la pregunta que recorre las pasarelas es: ¿quién le sustituirá?