Antonio Miró se olvida de la plancha y presenta una moda masculina de rayas y colores

El diseñador catalán opta por telas naturales y hechuras relajadas

Miró saluda al final de su desfile junto a Eleonora Bosé, que desfiló vestida de hombre.

El diseñador catalán paseó su veteranía por Gaudí tras haber desfilado la temporada anterior en Cibeles. Y lo hizo sin presentar colección para mujer para centrarse exclusivamente en la ropa de hombre, que es con la que mejor demuestra su buen hacer.

El hombre Miró para la primavera-verano 2002 es desenfadado, aunque con corbata, y con trajes de algodón estampado a rayas y flores en un canto a la vida, al relajo y la elegancia sin corsés ni tiranteces. Las suyas eras prendas trabajadas, que daban la impresión de llevar ya un largo camino, de ser algo algo muy vivido en el que la plancha no tiene lugar.
La nota curiosa la aportó la modelo Eleonora Bosé cuyo proverbial look andrógino casaba a la perfección con los trajes creados por Miró. La joven desfiló rodeada de hombres y brilló con su desparpajo y estilo tanto a la hora de inaugurar el pase como para clausurarlo del brazo de Miró.

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