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La historia de la ropa de baño ha evolucionado de lo ridículo a verdaderas joyas del diseño. Pocas prendas han dependido tanto de la moral y las costumbres que regían en la sociedad de cada momento. Por ejemplo en los siglos XVIII y XIX, la gente no nadaba, mojaban los pies en el mar o en los balnearios con trajes de baño de franela y manga larga, con pantalones cubriendo las piernas enteras.
A principios del siglo XX Annette Kellerman, australiana inventora de la natación sincronizada, creó el primer traje de baño de una sola pieza, pero con el la mujer no descubría ni un solo centímetro de su cuerpo.
En 1913 el americano Carl Jantzen creó el Jantzen, un bañador de punto, que a pesar de que mojado pesaba más de cuatro kilos, y de que el diseño era el mismo para el hombre y para la mujer, fue todo un éxito de ventas.
Llega el bikini
La moda en los años 20 y 30 estaba marcada por las actrices de Hollywood. Estrellas de la pantalla como Esther Williams, consiguieron que el bañador se convirtiera en el rey de las tiendas de moda. Se complicaban cada vez más los diseños, se le añadían flores y cremalleras, se le quitaron las mangas, las medias se convirtieron en shorts, nuevos tejidos como el algodón hicieron su aparición, y se empezó a contornear la figura. Este cambio tan radical en las prendas de baño era reflejo de los aires de libertad que experimentaron las mujeres en los años 20 y 30.
El bikini salió a escena en 1946, en la pasarela de París, creado por el diseñador francés Louis Reard. Fue tal el escándalo que montó la revolucionaria prenda, que ninguna modelo francesa quiso posar con ella, por lo que el diseñador se vio obligado a contratar a una striteaser para que luciera la nueva prenda. El bikini nada más nacer fue censurado, ya que se prohibió en Italia, Bélgica, Portugal, Holanda y España.
Más de veinte años de amor y odio
Gracias a Brigitte Bardot, en los años 50 el bikini empezó a ser aceptado. Aunque en Estados Unidos tardó un poco más y no fue hasta el año 1959 cuando el bikini tuvo su verdadero boom.
Desde los años 70 hasta nuestros días, el bikini ha sido el compañero ideal de la mujer tanto para la piscina como para la playa. Pero los materiales con que están fabricados han mejorado mucho, y la lycra ha dado comodidad y utilidad a los bikinis y bañadores de hoy.
Pocos son los diseñadores de pret-à-porter que no tienen colecciones de baño.
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