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Las frutas exóticas son uno de los productos que más se venden en los mercados.
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Desde hace más de cincuenta años los mercados de abastos siguen funcionado de la misma forma tradicional que en aquel entonces. Fruteros, carniceros, pescaderos... todos los empleados madrugan y preparan sus puestos para empezar a vender los mejores productos a todos sus clientes. Pero ahora, en las voces y griterío de estos tenderos se entremezclan los clásicos alimentos con productos nuevos, traídos de todos los rincones del mundo, para satisfacer la demanda de los miles de inmigrantes que han llegado en los últimos años.
Así, en la actualidad los puestos de frutas venden muchas más piezas que las que se cultivan en España como las manzanas, las peras, o las naranjas. Y, nos ofrecen sugerentes piezas como el mango, el maracuyá, la papaya, el guayakil, la fruta de la pasión... frutas que los españoles no estaban acostumbrados a comer hasta que llegaron los inmigrantes, sobre todo sudamericanos.
Pero, las carnes y los pescados tampoco se han librado de este nuevo mercado y ahora los carniceros venden cartillas, la piel que rodea las vísceras del cerdo, o ‘jaguarlocros’, una mezcla de cordero y gallina, mientras que los pescaderos ofrecen, junto a la merluza y el lenguado, la corvila, la zalema o la tilapia, peces muy demandados por los africanos y sudamericanos.
De esta manera, cada mañana los mercados de abastos se convierten en un festival gastronómico internacional donde los colores, los olores y los sabores desvelan las diferentes culturas de la actual sociedad.
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