La plantación: la tarea más compleja
En el cultivo de los nenúfares hay una tarea que resulta un tanto difícil. Se trata de la plantación, ya que implica manipular las raíces de la planta que son bastante delicadas. Por eso hay que hacerlo con mucho cuidado para que no se dañen, lo que podría provocar su muerte.
El nenúfar es una planta de rizoma, un tallo grueso que permanece sumergido en el agua, y del que salen las raíces. Estas son muy largas, pueden llegar a medir más de 4 metros, y requieren una profundidad de entre 25 cm y 1,5 m para asentarse. Debes tenerlo en cuenta al construir tu estanque o al elegir el contenedor para estas plantas.
- Para plantar el nenúfar necesitas una cesta de plástico o maceta llena de agujeros, de unos 30 cm de diámetro, que tendrás que rellenar con sustrato específico para plantas acuáticas.
- Añade un fertilizante bajo en nitrógeno.
- A continuación, planta el nenúfar con cuidado y sumerge lentamente la maceta en el agua, procurando que no pierda el sustrato.
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