Lo primero: retira todo el pelo de la cara con ayuda de una goma de pelo o una diadema, así te aseguras que vas a llegar a todas las partes de tu rostro. Y segundo: antes de manipular cualquier cosmético, lávate las manos. No conseguirás nada si empiezas a limpiar la piel de tu cara con las manos sucias.
El "método de los dos dedos"
Lo primero, escoge un limpiador facial que vaya acorde a tu tipo de piel, y extiéndelo bien por tu rostro. Ahora, con ayuda del dedo anular y ejerciendo un poco de presión, aplica bien el producto por toda la cara.