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A sus 31 años, la carrera de Lily Collins no podría ir mejor. La actriz ha conseguido triunfar por todo lo alto este año con Emily in Paris, una serie del creador de Sexo en Nueva York que, para bien o para mal, fue el centro de todas las conversaciones durante el mes de su estreno. Muchos se sorprendieron entonces al conocer que esta joven intérprete, que también ha protagonizado blockbusters, series dramáticas, películas basadas en hechos reales y campañas de moda, no era otra que la hija de Phill Collins, fruto de su matrimonio con la estadounidense Jill Tavelman. Y esto es porque nadie se refiere a ella, ya desde hace tiempo, con la muletilla de "hija de", ha conseguido labrarse un futuro independiente al de su familia que le ha valido ya, entre otros, una nominación al Globo de Oro.
- 'Sexo en Nueva York' se muda a París de la mano de Lily Collins
Lo cierto es que hace unos años este paso parecía bastante lejano porque la propia Lily publicaba columnas en medios de comunicación desde muy joven y no tenía miedo de hablar sobre su vida familiar. Fue invitada al Bal des débutantes en París por su talento, pero aún sobrepasada la mayoría de edad se hablaba de su relación con Phill Collins. En 2017 publicaba un libro autobiográfico en el que perdonaba públicamente a su padre por no estar ahí cuando ella le necesitaba y por no ser como ella esperaba. "Perdono los errores que cometiste y aunque pudiera parecer demasiado tarde, no lo es. Hay todavía mucho tiempo por delante", decía la misiva con la que pretendía poner fin a un distanciamiento que había durado casi una década. Ese mismo año había recibido las mejores críticas por su interpretación en La excepción a la regla, película que aún puedes ver en Netflix y que protagoniza junto a Warren Beaty, Steven Mnuchin y Steve Bing, y la nominación al Globo de Oro supuso un antes y un después.
Por supuesto, cuando llevas actuando desde que eres una niña, el éxito llega de diferentes maneras y a varios niveles. Su debut en el cine fue la película The Blind Side junto a Sandra Bullock, pero su gran blockbuster fue Mirror Mirror, haciendo de la Blancanieves de Julia Roberts, que sería la madrastra. Esto dio pie a su fichaje en la saga adolescente Cazadores de sombras, que buscaba subirse al carro que abandonaba Crepúsculo con su última edición, pero no consiguió triunfar tanto como se esperaba y no se hicieron más películas, aunque aún puedes verla en Netflix y en Prime Video. Con Los imprevistos del amor (disponible en Prime Video) probó en la comedia romántica, pero no fue hasta 2016 que dio en el clavo.
El éxito de La excepción a la regla le abrió las puertas de la inolvidable Fantine en una miniserie de Los miserables en la BBC y a una colaboración con Netflix que aún, a día de hoy, funciona. Estrenó Okja con una increíble recepción por parte del público, y en To the bone volvió a demostrar su valía sacando fuerzas de sus propias experiencias. El pasado año, en Extremadamente cruel, malvado y perverso, dio vida a una de las mujeres del asesino Ted Bundy (Zac Efron), y se hizo cargo de otro papel biográfico al interpretar a la mujer de J.R.R. Tolkien (a quien interpretaba Nicholas Hoult) en Tolkien. Llegados a este punto ya había conseguido también convertirse en una de las estrellas más esperadas de las alfombras rojas gracias a sus estilismos innovadores.
Entonces llegó la community manager de Emily in París, su trabajo más viral hasta la fecha y que ya ha sido confirmado para una segunda temporada porque, a pesar de que no todas las críticas eran buenas, nadie tenía nada malo que decir de Lily Collins. Sin parar de trabajar pero escogiendo sus proyectos con mimo, Lily no solo encontró el éxito internacional y la aceptación y admiración de la industria y el público, sino que también se ha enamorado y este mismo año se ha comprometido con el director Charlie McDowell, a quien dice que lleva esperando "toda la vida". "La alegría más pura que he sentido nunca", publicaba.
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