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James Costos ha sido, durante tres años y medio, el embajador de Estados Unidos en España. Pero ahora, también, se ha convertido en un "embajador de Mallorca en todo el mundo". Así lo ha destacado la organización de los premios Mallorquines del Verano, reconocimiento que el estadounidense ha recibido debido a su vinculación con la isla balear.
Aunque ya han pasado ocho meses desde que dejó de ser embajador de Estados Unidos en nuestro país, los lazos de James Costos con España siguen siendo igual de estrechos. Él y su marido, el diseñador Michael Smith, suelen pasar sus vacaciones -tanto de verano como de invierno- en Mallorca desde hace una década, motivo por el que se le hizo entrega de este reconocimiento el pasado lunes en el hotel Valparaiso de Palma. Mar Aldeguer, "la joyera de la Reina", fue la encargada de llevarles a la isla.
Además de recibir la estatuilla, una escultura de Gordiola, -símbolo de bienvenida de las antiguas casas mallorquinas-, James Costos se llevó a casa una cesta con los productos locales más típicos, entre ellos, sobrasada de denominación de origen, vino de las bodegas de pla i Llevant, galletas, aceite y sal, según informa El Diario de Mallorca.
El acto, que incluyó una elegante cena elaborada por el chef Carlos Botella, se celebró en el Hotel Valparaíso Palace, donde también estuvo presente el ganador del año anterior, el exbaloncestista y presentador Fernando Romay, así como la diseñadora Ágatha Ruiz de la Prada y su hijo, Tristán Ramírez.
Después de la llegada al poder de Donald Trump, James Costos abandonó su puesto como primer embajador de EEUU en España, y fue nombrado miembro del consejo de administración de la empresa de asesoramiento bancario PJT Partners. Además participa en la junta de un fondo de inversiones y es consejero del Barcelona, mientras que su marido continúa trabajando como decorador a ambos lados del Atlántico.
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