Norte, sur y un poquito más al sur, aunque este está siendo uno de los veranos más tranquilos de la Duquesa de Alba, no está siendo por ello aburrido. Tras permanecer unos meses apartada de la vida social por problemas de salud, la Duquesa viajaba a mediados de julio a con Alfonso Diez a San Sebastián, donde le gusta acudir todos los veranos. Los Duques de Alba huyen así de las altas temperaturas de Sevilla y disfrutan de unos días de descanso en el palacete de Arbaizenea, donde recibieron una visita muy especial, la de Cayetano Martínez de Irujo, sus dos hijos, los mellizos Luis y Amina y su hija, Eugenia Martínez de Irujo.
Tras esta escapada, doña Cayetana, que en los últimos meses se ha estado recuperando de una gripe y una infección intestinal de la que parece estar muy recuperada, acompañada de su marido regresaba a Sevilla a principios de agosto, no sin antes hacer una breve parada en Madrid.
Asentada de nuevo en el palacio sevillano de Dueñas, la Duquesa de Alba, de 88 años, visitó acompañada por su marido, la casa que Alfonso tiene en la localidad gaditana de Sanlúcar de Barrameda y que el verano pasado estuvieron restaurando, una visita que también aprovecharon para almorzar con su amiga la duquesa de Fernandina.
La únicas citas de la que quizás prescinda la duquesa sea de Ibiza y de Marbella, otros dos de los destinos habituales de doña Cayetana en su periplo estival, aunque aún queda mucho verano por delante y quizás doña Cayetana pase aún unos días en Ibiza donde posee un chalé de Punta Galera, situado en lo alto de S’Aufabaguera, entre pinos mediterráneos y con vistas al mar, y que cuenta con una decoración hippie y desenfadada o en su residencia playera de Marbella, en el que suele veranear habitualmente su hija, Eugenia Martínez de Irujo.
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