Su rostro es conocido de sobra en la pequeña pantalla, dado que ha participado en algunas de las series con más tirón de los últimos años. Fue Alma en Física o química, Luz en Tierra de lobos y ahora se ha incorporado al elenco de Vive Cantando, que prepara su segunda temporada, en la que será María José. Sandra Blázquez tiene sólo 27 años, pero esta joven actriz sabe perfectamente lo que quiere. Su sueño es seguir trabajando en el cine y ¿su meta? Llegar a Hollywood.
Su trayectoria comenzó cuando tenía apenas 10 años y presentó el Club Megatrix, una colaboración a la que siguieron Al salir de clase, Ana y los siete y Hospital Central. Aunque la reconocen por la calle desde que es pequeña, no le da ninguna importancia a ser reconocida por sus papeles. "No me gusta que me traten diferente por ser actriz", señala la joven actriz. "Hace dos semanas intervinieron a mi madre y hubiera pedido un autógrafo al médico que le operó antes que a mí", comenta.
Acaba de terminar de rodar los nuevos episodios de Vive Cantando (Antena 3), una serie que alcanza su segunda temporada y en la que adelanta que habrá "nuevos personajes", "mucha música" y su primera interpretación musical, una incursión a la que tiene mucho respeto. "Nunca he cantado fuera de la ducha, espero que salga bien" asegura.
"He puesto todo mi empeño en esta serie, creo que es muy necesaria, porque es familiar, consigue reunir a todos delante de la televisión y tiene un mensaje muy positivo: al final todo, lo malo y lo bueno, todo se resuelve, y nada es tan importante", añade.
En algún momento de su carrera le gustaría ponerse detrás de la cámara, aunque su único intento por comenzar a estudiar dirección se vio interrumpido por su fichaje por Física o Química, una de las series que más jóvenes ha congregado frente a las pantallas en los últimos años.
Aunque si fuera por pedir, se iría a Hollywood a probar suerte, pero también a Francia o a Italia, "cualquier sitio". Y es que siempre ha tenido "super claro" que lo suyo era ser actriz, no recuerda "ninguna época" de su vida en que haya dudado. "Desde bien chiquitita, ya se lo decía a mis padres con 4 años, y, por supuesto, no me hacían ni caso", argumenta riendo.
Sus inicios fueron una casualidad. En una fiesta de unos amigos, había un karaoke y ella se puso a cantar, uno de los padres de la fiesta era representante y le dijo a su madre que probara suerte. "Mi madre dijo que ni hablar, que de esas cosas nada. Pero le convencí para ir a un casting y, al ver, que el ambiente era muy normal y que había niños como yo, me dejó seguir", rememora.
Comenzar desde tan joven a trabajar en la interpretación le ha permitido relacionarse con mucha gente, y aunque también le ha dado la "inestabilidad" de no saber dónde va a estar trabajando en cada momento, esa circunstancia también le ha hecho aprender a "aprovechar el momento" y no desmoronarse "cuando algo no sale", puntualiza.
Todos los papeles que ha hecho a lo largo de su carrera le han aportado "algo", hasta los más pequeños, y declara, que si tuviera que coger algo de cada uno de sus personajes, cree que sería la "poca vergüenza" que han tenido muchos de ellos, ya que ella es un poco más "insegura" y "muy cabezota".
Actualmente compatibiliza su trabajo en la televisión con una ONG que ha fundado, un proyecto que surgió tras viajar a Marruecos como voluntaria a principios de este año. Allí trabajó en un orfanato cuidando niños y vio "las pésimas condiciones" en que vivían, así que a la vuelta decidió ayudarles y creó la ONG "Idea Libre". Ha realizado varios eventos para recaudar fondos y en septiembre volverá con una furgoneta llena de mesas, libros y material escolar para montar una escuela. "Estamos encontrando mucha gente buena que nos está ayudando, no sabía que había tanta", señala la actriz.
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