Bali, la isla de los dioses

El corazón de la isla

Por delicioso que pueda parecer pasarse las vacaciones debatiendo si invertir el día en la playa o junto a la piscina, sería imperdonable perderse el hermoso corazón de Bali. Hay más de 10.000 templos en la isla. El más famoso es el templo estilo pagoda en Tanah Lot, que se erige sobre un islote en el mar, como salido de una difusa acuarela. Pero nunca tendrá que aventurarse demasiado lejos para encontrar el simbolismo religioso de Bali en los campos, los bosques e incluso junto la carretera, donde se encuentran estatuas hindúes, a menudo engalanadas con minisarongs blancos y negros y con flores en el pelo.

Visite los lagos y el anillo del antiguo cráter volcánico del monte Batur, que para los balineses son lugares sagrados. Comience antes del amanecer para ver la salida del sol desde la cumbre y disfrute de una experiencia inolvidable. Eso sí, no olvide cubrirse respetuosamente en los lugares sagrados.
Las tallas de madera y piedra, las telas tejidas a mano y las esculturas de flores son una parte esencial de la cultura balinesa, y aunque toda la isla es un paraíso para los compradores, los mejores trabajos se producen en Ubud, en el interior, que se ha convertido en un pueblo de artistas. Las tiendas están llenas de sedas, finos algodones y batiks, que se pueden convertir en ropa o lucir simplemente como un sarong.

Cultura del cuerpo y el alma

Los balineses valoran la belleza como un don de los dioses, lo cual se refleja gráficamente en los rituales y festivales de la isla, y sus bailes. Los artistas se entrenan rigurosamente desde la niñez para perfeccionar los intrincados pasos y movimientos de dedos. Aunque el Kecak o danza del mono es la más teatral, la que mejor simboliza la gracia de Bali es quizá la danza Legong, interpretada por chicas jóvenes. Ver una actuación en un templo al atardecer es poco menos que mágico.