Viajes

Andalucía

Por la ribera del río Huéznar

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La cascada de Martinete


Cerro del Hierro, otro de los magníficos rincones que se encuentran cercanos al río Huéznar.


La localidad de Constantina con la iglesia de la Encarnación destacando entre las casas del pueblo.


Cortijo de las Laderas

Por primavera, las aguas del río Huéznar bajan limpias y caudalosas. El rumor del agua será una constante durante todo el paseo. La senda desciende hasta el molino del Robín, y metros más abajo, hasta el cortijo de las Laderas, donde se inicia la vereda del Valle que conduce a Cazalla. Enfrente queda el puente de los Tres Ojos, que salva el Huéznar hasta el flanco izquierdo. El paseo es dulce, ameno y reparador. El sonido de los pájaros se confunde con las aguas que caen por pequeños saltos y regatos. El bosque-galería está tapizado de alisos, sauces y chopos. En aquellos lugares donde el Huéznar se amansa en diáfanos estanques crecen olmos, fresnos y álamos negros. Bajo sus cristalinas y limpias aguas coletean truchas autóctonas que representan el principal alimento para una de las últimas comunidades de nutrias del Sur peninsular. Ver nutrias es una tarea complicada, pero hay pescadores que aseguran haberlas visto entre los cañaverales de la orilla, a primeras horas de la mañana o a últimas de la tarde, cuando el sol se desdibuja en el horizonte.

El sendero deja a un lado el descansadero de Castillejos, un área recreativa muy frecuentada los fines de semana por vecinos de la comarca. Camino abajo, el cauce del río Huéznar empieza a encajonarse entre cerros de media altura. Pasada la finca de «El Zorro», el río vuelve a amansarse en grandes charcas muy apreciadas por los pescadores más avezados. Tras un puñado de suaves curvas se aprecia, al final del camino, la ermita de la Virgen del Monte, situada en el altozano de una montaña, en la otra orilla del Huéznar. No hay señalización de ningún tipo, pero una vez que la ermita queda enfrente del sendero es opcional cruzar el Huéznar, salvando las piedras del río, hasta la otra orilla. Una vez en ella hay un sendero abierto entre la maleza que trepa hasta la cima del cerro.

Prohibida su reproducción total o parcial. ©2006 Hola, S.A.

  

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