El príncipe George, la princesa Charlotte y el príncipe Louis derritieron corazones al acompañar a su madre, la princesa Kate, a su concierto anual de villancicos en la Abadía de Westminster. La celebración reunió a varios integrantes de la familia real, pero fueron los hijos de los príncipes de Gales, los que acapararon las miradas.
Vestidos para impresionar, George, de 12 años, y Louis, de 7, lucieron elegantes con trajes clásicos, mientras que Charlotte, de 10, deslumbró con un vestido festivo de satén combinado con medias oscuras.
Los niños, considerados por muchos como los ayudantes perfectos de Kate, dejaron su huella en el importante evento real, inaugurando oficialmente la temporada festiva de la familia.
Los niños fueron vistos caminando hacia el Connection Tree (Árbol de la Conexión), donde se les había invitado a añadir su propio lazo con nombre a una cadena de papel que adornaba el árbol, simbolizando el poder de la unión y la importancia de los momentos de conexión mutua.
George, Charlotte y Louis añadieron sus propias tarjetas rojas al árbol antes de que el Deán y el Cabildo de Westminster los recibieran en la entrada, dándoles la bienvenida de nuevo a la Abadía. Los tres se mostraron sonrientes tan pronto se unieron a otros de sus familiares, como sus abuelos maternos Michael y Carole Middleton, además de Zara y Mike Tindall, y la Duquesa de Edimburgo.
La Princesa de Gales presidió su servicio "Together at Christmas" (Juntos en Navidad) en la Abadía de Westminster, que ya celebra su quinto aniversario y reunió a 1600 invitados. El tema de este año fue celebrar el amor en todas sus formas, con las estrellas de Hollywood Kate Winslet y Chiwetel Ejiofor para las lecturas, junto al Príncipe de Gales. También se dio cita en el evento navideño la cantante Katie Melua.
El servicio comenzó, como siempre, con la voz solitaria de un joven corista, cantando la primera estrofa de Once in Royal David's City, seguida por el coro y luego por toda la congregación.
El príncipe George y la princesa Charlotte fueron captados durante la ceremonia, muy concentrados en los cánticos y siguiendo las lecturas.
El servicio reconoce a las personas de todo el Reino Unido que hayan dedicado su tiempo o hayan ofrecido su tiempo como voluntarios para estar presentes con los demás, liderado iniciativas que unen a las personas de su comunidad o brindado ayuda a quienes les rodean.
Entre los invitados se encontraba la estudiante Madison Reed, quien el año pasado recaudó más de 1,360 libras esterlinas para la Archie Foundation by Highland bailando en 26 lugares de Escocia, cada uno con una letra diferente del alfabeto. Recaudó los fondos para la organización benéfica, que apoya a niños enfermos que reciben atención médica en el noreste de Escocia, junto con sus familias.
En una carta disponible para todos los invitados y publicada antes del evento, la princesa de Gales elogió a las figuras clave de la comunidad invitadas al servicio, diciéndoles que están marcando una "extraordinaria diferencia en la vida de los demás".












