El príncipe Harry y Meghan Markle se unieron a la élite de Hollywood para asistir a la gala anual Baby2Baby, una cita benéfica que reunió a destacadas personalidades del mundo del espectáculo y la filantropía en Los Ángeles. La pareja formó parte de la selecta lista de invitados que presenció el merecido homenaje a Serena Williams, la legendaria tenista y gran amiga de los duques de Sussex, quien fue reconocida por su labor humanitaria y compromiso con las causas sociales.
El evento, celebrado en la ciudad de las estrellas, consiguió recaudar más de 18 millones de dólares destinados a apoyar a niños y familias en situación vulnerable. Bajo una atmósfera de elegancia y compromiso, los asistentes reafirmaron el espíritu solidario que caracteriza a esta organización liderada por mujeres. Baby2Baby ha logrado posicionarse como una de las fundaciones más influyentes en Estados Unidos gracias a su labor constante en favor de la infancia.
Harry y Meghan, fieles defensores de las causas sociales, demostraron una vez más su compromiso con la comunidad. Su presencia no solo reflejó el estrecho vínculo que mantienen con Serena Williams, sino también su interés genuino por respaldar proyectos que promuevan la equidad y el bienestar. La pareja, que desde su mudanza a California ha mantenido una activa agenda filantrópica, se mostró cercana y sonriente durante la velada, compartiendo momentos con algunos de los invitados más destacados.
Un fin de semana de fiestas
El fin de semana resultó especialmente intenso para los duques, quienes además fueron parte de otra cita de alto perfil: la fiesta de cumpleaños número 70 de Kris Jenner, un evento que se convirtió en todo un desfile de celebridades. La celebración, inspirada en el universo de James Bond, tuvo lugar en la impresionante mansión de Jeff Bezos y Lauren Sánchez en Beverly Hills, valorada en 165 millones de dólares, y congregó a algunas de las figuras más influyentes del entretenimiento y los negocios.
Para esta ocasión, el hijo menor del rey Carlos III apostó por la elegancia clásica de un esmoquin negro con pajarita y una amapola roja en la solapa, símbolo del Día del Recuerdo en honor a los caídos de las Fuerzas Armadas británicas. Meghan, por su parte, acaparó miradas con un estilismo sofisticado y una falda cruzada que dejaba ver una de sus tonificadas piernas, reafirmando su impecable sentido de la moda. Juntos, Harry y Meghan volvieron a demostrar que combinan a la perfección la elegancia, la cercanía y el compromiso social, convirtiéndose una vez más en el centro de atención de la crónica internacional.








