Kim Kardashian lo tiene claro: siempre es seguro apostar por un look monocromático. Y es que, ¿por qué no cederle todo el protagonismo a un único color si con él se puede lograr el efecto deseado? Para ella no solo se trata de solo blanco o solo negro, los más clásicos y quizás los más fáciles de llevar.
Los animal prints más osados, como aquel de la colección de otoño-invierno de 1991 del diseñador tunecino Azzedine Alaïa, y los neón tienen igual de importancia en sus apuestas más hot, una saturación tan potente que nunca podría pasar desapercibida, como nada de lo que ella escoge.
En estas temporadas, ha demostrado que vestir de un mismo color de pies a cabeza —o en tonos similares— es viable en cualquier época del año, mucho más si el juego de texturas y superposiciones está presente. Si no nos crees, echa un vistazo a algunas de sus elecciones.
El truco monocromático de los jumpsuits
La integrante del clan de reality apuesta por un jumpsuit, una de las prendas más funcionales que se pueden tener en el armario, que no solo está teñido del color más oscuro de la paleta; tiene un brillo apto para todos los flashes. ¿La mejor compañía? Calzado casi transparente.