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La majestuosidad de las bodas reales no solo se debe a su protocolo sino a la apreciación del vestido con el que la novia camina al altar —en ocasiones asumido como secreto de estado— y que se convierte en reflejo de la moda de la época, de su personalidad y del amor eterno, un símbolo tan especial que incluso ha llegado a ocupar espacio en los museos como verdaderas obras de arte, como el caso del que lució Mabel de Holanda o a ser versionado en tiendas low cost como el de Kate Middleton. Te mostramos diez de los vestidos más hermosos que la realeza del mundo ha lucido en los últimos sesenta años.

 

Princesa Grace Kelly

El enlace entre Hollywood y la realeza europea. El vestido que llevó la actriz estadounidense Grace Kelly el 19 de abril de 1956 en su boda con el príncipe Rainer de Mónaco fue diseñado por la costurera de la Metro Metro-Goldwyn-Mayer, Helen Rose, ganadora de dos Premios Oscar al mejor vestuario, y estaba elaborado con tafetán de seda, tul de seda y un encaje de 125 años de antigüedad con perlas cosidas a mano.

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El de la princesa Diana de Gales

Sin duda uno de los más icónicos ha sido el vestido de volantes en el escote, bordado con casi diez mil madre perlas y larga cola de tafetán que Diana de Gales llevó cuando se casó con el príncipe Carlos de Inglaterra en el año 1981. David y Elizabeth Emanuel fueron los autores de este diseño de inspiración victoriana.

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Reina Rania de Jordania

El 10 de junio de 1993, Rania Yassin se casó con el príncipe Abdullah en el Palacio Real en Amman con un vestido diseñado por Bruce Oldfield, uno de los diseñadores predilectos de la princesa Diana. Uno de sus mayores atributos fueron los bordados florales con hilo de oro y una pieza superior con solapas y mangas cortas.

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